¿Por qué tenemos tanto miedo al cambio?
Mi lugar favorito para practicar yoga en el estudio de mi vecindario es junto a una gran ventana con vista a varios árboles. Desde allí puedo apreciar las aves y las variaciones naturales de las estaciones mientras practico.
Admiro la forma en que la naturaleza acepta el cambio con tanta facilidad. Los árboles no se quejan de perder sus hojas o de estar demasiado fríos. Las flores no intentan desesperadamente prolongar el verano. Los animales aceptan con gracia el envejecimiento.
La vida se compone de transiciones. Sin embargo, la mayoría de nosotros tratamos de evitar el cambio a toda costa, incluso manteniendo un presente que no es del todo satisfactorio. Si no tenemos cuidado, el miedo al cambio puede impedirnos desarrollar todo nuestro potencial.
¿Por qué tenemos tanto miedo al cambio?
El cambio es incómodo. Los hábitos se sienten bien para nuestras neuronas incluso si ya no nos sirven. El cambio requiere un proceso creativo que siempre es un viaje complicado hacia lo desconocido, una zona que puede ser aterradora.
Pero junto con el terror, a menudo hay una chispa de emoción, una chispa que reprimimos.
¿Qué puede ayudarnos a perseguir la chispa?
Necesitamos iluminar nuestro lado oscuro. Este es el lado de nuestra personalidad que contiene todas las partes no tan atractivas de nosotros mismos: todos los miedos y apegos que nos mantienen en el status quo aunque sentimos que la chispa nos dirige hacia otra parte.
Reconocer y aceptar nuestra sombra nos permite integrarla en todo nuestro ser y seguir adelante. Mi propia experiencia al conocer a mi sombra me llevó a descubrir tres de las principales razones por las que tememos al cambio.
Una razón es que nuestra sociedad no acepta el fracaso o la decepción. Se le ha dado una connotación negativa. Ignoramos el hecho de que muchos de los mayores éxitos del mundo surgieron del fracaso: J.K. Rowling, Steve Jobs, Bill Gates, Albert Einstein, Walt Disney y Vincent Van Gogh, por nombrar algunos.
Otra razón es que la evolución nos ha dejado con un sesgo inconsciente hacia la negatividad. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, nos centramos en la supervivencia. Mantenerse con vida favoreció a aquellos con una visión demasiado cautelosa (es decir, negativa). El sesgo de negatividad nos impidió ser el almuerzo de un león. Este comportamiento protegió a nuestros antepasados, pero nos atrapa.
Por último, desde la niñez, hemos sido condicionados para asumir las expectativas de nuestras tribus: creencias, comportamientos y deseos. También nos presentaron las reglas y el pragmatismo que a menudo nos limitarán más adelante. Como resultado, tendemos a la conformidad e ignoramos la chispa. Pero tu vida está destinada a ser una experiencia única. Conformando las nubes su extraordinaria naturaleza.
En el nuevo año, muchos de nosotros contemplaremos cambiar un comportamiento o un aspecto de nuestras vidas. Algunos soñarán con ello, mientras que los valientes se prepararán para actuar.
Hay una razón por la que sientes esa chispa. La vida es finita. No lo malgastes. Aquí hay cuatro consejos para ayudarlo a ser valiente, conquistar sus miedos y perseguir la chispa:
1. Cultivar la presencia
Practica la atención plena para anclarte en el presente. El miedo no existe en el ahora. Cuando sentimos miedo, es porque nuestra mente ha proyectado un escenario futuro (negativo) que no existe en el momento. En el momento en que dejamos el ahora por un futuro imaginado (o un pasado que no se puede cambiar), vivimos con miedo. Por eso es tan importante estar presente.
Las prácticas de atención plena también tienen un poder transformador. Te animan a respetar tu intuición y a entender que la incomodidad se puede navegar, es solo temporal y es un rito de paso a un lugar mejor.
2. Redefinir el fracaso
Elija redefinir el fracaso como una experiencia que no resultó como lo imaginó, sino una oportunidad natural, temporal y creativa.
La mayoría de nosotros nunca haría un cambio si no tuviéramos que hacerlo. Con frecuencia, el fracaso es la única oportunidad que tenemos para mejorar. Navegar por el cambio da como resultado el crecimiento personal. Cuando crecemos a nivel personal, comenzamos a sentir más pasión por la vida en general.
3. Defina su propósito
Tenemos una cantidad limitada de tiempo en el planeta. ¿De qué quieres realmente que se trate tu viaje?
Un buen lugar para comenzar es preguntar si está viviendo una vida fiel a sí mismo. Piense en la persona que era de niño. ¿Qué valoraste? ¿Cómo querías vivir? ¿Hay partes de ti que han quedado enterradas? ¿El cambio que estás contemplando te acercará más a tu yo auténtico?
Establezca la intención de descubrir y trabajar hacia sus ideales. Hágase responsable, lo que no siempre es fácil de hacer; ayuda trabajar con un amigo o profesional que lo apoye.
4. Permítase lamentar la vida que está dejando
Acepte que es natural sentirse triste por dejar todo aquello en lo que hemos puesto nuestro corazón y nuestra alma, sin importar lo atractivo que parezca el nuevo capítulo. Lloré cada vez que me mudé a un apartamento mejor. Aunque mi espacio vital iba a mejorar, una parte de mí no quería separarse de mi pasado.
Los nuevos comienzos suelen ser agridulces.
Atrévete a avanzar hacia la chispa. Esa es la dirección de tu corazón.
Esta publicación es cortesía de Spirituality & Health.