Los videojuegos (con moderación) pueden ayudar a los adolescentes

Han surgido más datos contradictorios sobre los efectos de los videojuegos en el desarrollo de un niño. Investigadores españoles encontraron en un estudio de adolescentes jóvenes que los videojuegos pueden tener un efecto positivo en el desarrollo educativo y el rendimiento académico de un niño, cuando se usan con moderación.

El nuevo estudio investigó si las actitudes de los usuarios hacia los videojuegos y cómo los usan tienen un impacto significativo en ciertas tareas cognitivas. Los investigadores se centraron específicamente en las habilidades cerebrales en inteligencia espacial, autoeficacia y rendimiento académico.

La investigadora española Llorca Díez analizó a 266 participantes de 11 y 16 años. Todos los niños recibieron una entrevista semiestructurada, una encuesta de uso y preferencias en videojuegos, dos pruebas de inteligencia y un inventario de autoeficacia. Los padres completaron una encuesta sobre opiniones, conocimientos y actitudes hacia los videojuegos.

Los resultados revelaron que los niños no solo juegan más que las niñas, sino que comienzan antes, un resultado que podría estar relacionado con una influencia claramente cultural.

Los investigadores también encontraron que como los niños juegan con más frecuencia, lo hacen por períodos de tiempo más largos, lo que a juicio de Llorca Díez “confirma la preocupación de algunos investigadores sobre la posibilidad de que algunos videojuegos sean adictivos”.

También existen diferencias de género no solo en el uso que los jóvenes hacen de los videojuegos, sino también en lo que les exigen. Por lo tanto, los niños son más estrictos que las niñas y prefieren juegos realistas, desafiantes, impresionantes y competitivos. También les gustan los juegos con una trama muy elaborada, que contienen un alto nivel de inteligencia artificial y con elementos gráficos y sonoros bastante sofisticados.

Más de la mitad de los padres tienen una opinión desfavorable sobre los juegos, pero, sin embargo, siguen adquiriendo este tipo de entretenimiento para sus hijos. Además, a menudo no tienen en cuenta los criterios de protección en el momento de la compra.

En cuanto a la variable rendimiento académico, la investigadora señala que “no solo se ve afectada por el uso de videojuegos, sino que también las horas de estudio y la percepción de autoeficacia han demostrado predictores del éxito escolar”. Hay más posibilidades de que los estudiantes obtengan calificaciones altas si creen en su propia capacidad y el proceso de aprendizaje no les produjo ansiedad.

Otras conclusiones que surgen de esta investigación revelan que casi un tercio de los adolescentes juegan solo los fines de semana y, de hecho, como señala el autor de este trabajo, “muy pocos niños juegan todos los días, un resultado alentador que indica cierto grado de control . "

Más del 40% de los niños juegan entre una y dos horas “cada vez que juegan” (no de forma diaria o semanal) y solo el 7% de ellos juega más de tres horas. Los niños no solo juegan con más frecuencia, sino que cuando juegan, lo hacen durante períodos de tiempo más largos. Finalmente, los jóvenes prefieren los juegos de “estrategia no deportiva”, seguidos de los deportes y los llamados juegos de “plataformas”.

Aproximadamente el 40% de los encuestados tiene problemas derivados del uso de videojuegos (generalmente dos o tres problemas a la vez). Sin embargo, el mayor porcentaje de problemas surge por el hecho de que “alguien le dice que juega demasiado” seguido de “discusiones con los padres”. Es de destacar que un número significativo de participantes admitió dormir menos y no tener un buen desempeño en el trabajo escolar.

Sin embargo, Ángeles Llorca piensa que los videojuegos pueden representar “una herramienta pedagógica muy útil” para fomentar la autoeficacia, variable que mejora el rendimiento académico. Por ello, es necesario animar a padres, profesores y asesores a familiarizarse con este tipo de tecnología del entretenimiento, que deben considerar como parte de la comunicación visual. Asimismo, la motivación de los niños para jugar a los videojuegos debe utilizarse como herramienta pedagógica en el ámbito educativo.

La investigadora de la UGR considera “imprescindible” la difusión de las nuevas tecnologías entre educadores y padres. Deben reconocer “la realidad de los niños en este campo, su uso y disfrute, con el fin de aprovechar al máximo estos juegos y, al mismo tiempo, protegerlos de posibles abusos y peligros”.

La investigación ha sido realizada por Ángeles Llorca Díez del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad de Granada, y dirigida por las profesoras Mª Dolores Álvarez Rodríguez (Universidad de Granada) y Mª Ángeles Díez Sánchez (Universidad de Salamanca).

Fuente: Universidad de Granada

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