El entorno cultural influye en la función cerebral

Un nuevo estudio amplía el debate entre los efectos conductuales de la naturaleza y la crianza: si su educación influye en la comida que come, la ropa que usa y, sorprendentemente, incluso en cómo funciona su cerebro.

Los investigadores Denise C. Park y Chih-Mao Huang discuten las formas en que la estructura y función del cerebro pueden verse influenciadas por la cultura en un informe que se encuentra en la revista. Perspectivas de la ciencia psicológica.

Según los autores, existe evidencia de que la naturaleza colectivista de las culturas de Asia oriental frente a las culturas occidentales individualistas afecta tanto al cerebro como al comportamiento.

Los asiáticos orientales tienden a procesar la información de forma global, mientras que los occidentales tienden a centrarse en objetos individuales.

Existen diferencias entre los asiáticos orientales y los occidentales con respecto a la atención, la categorización y el razonamiento. Por ejemplo, en un estudio, después de ver imágenes de peces nadando, los voluntarios japoneses tenían más probabilidades de recordar detalles contextuales de la imagen que los voluntarios estadounidenses.

Los experimentos que rastrean los movimientos oculares de los participantes revelaron que los occidentales pasan más tiempo mirando objetos focales mientras que los voluntarios chinos miran más al fondo.

Además, nuestra cultura puede influir en la forma en que procesamos la información facial. Las investigaciones han indicado que al ver caras, los asiáticos orientales se enfocan en la región central de las caras, mientras que los occidentales miran de manera más amplia, enfocándose tanto en los ojos como en la boca.

Examinar los cambios en los procesos cognitivos (cómo pensamos) a lo largo del tiempo puede proporcionar información sobre el proceso de envejecimiento, así como cualquier cambio relacionado con la cultura que pueda ocurrir. Cuando se trata de memoria libre, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento, el envejecimiento tiene un impacto mayor que la cultura; la disminución de estas funciones es el resultado del envejecimiento y no de la experiencia cultural.

Park y Huang señalan que, "con la edad, ambas culturas avanzarían hacia una representación más equilibrada de uno mismo y de los demás, lo que llevaría a los occidentales a orientarse menos a sí mismos y a que los asiáticos orientales posiblemente se volvieran más egocéntricos".

Si bien numerosos estudios sugieren que la cultura puede afectar la función neuronal, también hay evidencia limitada del efecto de las experiencias culturales en la estructura del cerebro.

Un estudio reciente realizado por Park y Michael Chee de Duke / Universidad Nacional de Singapur mostró evidencia de una corteza frontal más gruesa (áreas involucradas en el razonamiento) en los occidentales en comparación con los asiáticos orientales, mientras que los asiáticos orientales tenían una corteza más gruesa en las áreas perceptivas. Park y Huang observan que el uso de neuroimágenes para estudiar el impacto de la cultura en la neuroanatomía enfrenta muchos desafíos.

Escriben: "Los datos se recopilan de dos grupos de participantes que normalmente difieren en muchas formas sistemáticas además de sus valores culturales, lo que hace que la interpretación de cualquier diferencia encontrada sea bastante difícil".

Además, para cada estudio, es importante que las máquinas de resonancia magnética utilicen hardware y software de imágenes idénticos.

Los autores concluyen: "Esta investigación es un dominio importante para comprender la maleabilidad del cerebro humano y cómo las diferencias en los valores y los medios sociales esculpen la estructura y función del cerebro".

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

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