Los preadolescentes que experimentan pueden tener diferentes procesos cerebrales

Los preadolescentes que experimentan o exploran cosas nuevas pueden tener procesos cerebrales que funcionan de manera diferente, según un nuevo estudio.

"El comienzo de la adolescencia se asocia con la búsqueda de nuevas experiencias y el aumento de los comportamientos exploratorios, pero se ha realizado poca investigación para medir ese aumento o para observar lo que sucede en el cerebro durante este período", dijo el autor del estudio Andrew Kayser, MD, Ph. D., con la Universidad de California San Francisco.

"Los estudios con adultos han comenzado a observar las diferencias individuales en la voluntad de buscar nuevas experiencias, y algunos estudios han vinculado la voluntad de explorar con un área del cerebro llamada corteza prefrontal rostrolateral, que es responsable de la toma de decisiones de nivel superior".

El estudio, que se presentará en la 67.a reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología en Washington, D.C., en abril, incluyó a 62 niñas de entre 11 y 13 años que completaron una tarea que midió su comportamiento exploratorio y experimental. También se sometieron a resonancias magnéticas cerebrales.

La tarea basada en recompensas involucró un reloj. El segundero del reloj hizo una rotación completa durante cinco segundos. A las chicas se les dijo que ganarían puntos en función de cuándo detuvieran la segunda mano. Como resultado, tuvieron que explorar el reloj deteniéndolo en diferentes momentos para saber qué acción sería más recompensada, explicó el investigador.

Según su comportamiento en la tarea, el grupo se dividió en 41 "exploradores" y 21 "no exploradores".

Luego, los investigadores compararon sus escáneres cerebrales e identificaron una conexión que era más fuerte en los exploradores entre la corteza prefrontal rostrolateral y la ínsula posterior y el putamen, partes del cerebro sensibles al "estado del cuerpo" y "realizar acciones".

Curiosamente, la actividad en el putamen y la ínsula pareció influir en la corteza prefrontal rostrolateral, en lugar de al revés, según los investigadores.

“Esta investigación es fascinante porque podría ayudarnos a comprender cómo la exploración puede conducir a comportamientos tanto buenos como malos que promueven o reducen el bienestar en los adolescentes”, dijo Kayser.

"Si podemos comprender mejor estas conexiones cerebrales, en el futuro podremos encontrar una manera de identificar mejor a los adolescentes con más probabilidades de participar en conductas peligrosas o de riesgo".

El estudio fue apoyado por el Departamento de Defensa, el Centro Nacional de Juego Responsable, el Centro Wheeler para la Neurobiología de la Adicción y el estado de California.

Fuente: Academia Estadounidense de Neurología

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