Los programas de prevención pueden aliviar el estrés y la ansiedad universitarios
Asistir a la universidad no es solo diversión y juegos, ya que un número significativo de estudiantes desarrolla problemas de salud mental.
Sin embargo, la intervención proactiva puede ayudar a prevenir o disminuir los problemas psicológicos que surgen con la educación superior.
Un equipo de psicólogos de la Universidad Loyola de Chicago revisó sistemáticamente las intervenciones universales que involucraron a más de 10,000 estudiantes matriculados en colegios y universidades de dos y cuatro años y programas de posgrado.
Sus hallazgos se publican en la revista Ciencia de la Prevención.
Los investigadores indicaron que las intervenciones de prevención universal, es decir, los programas dirigidos a estudiantes en general, no solo a estudiantes que están en riesgo o que ya han desarrollado problemas, fueron efectivas para reducir significativamente los resultados relacionados con el estrés, la ansiedad y la depresión.
Los programas también ayudaron a mejorar no solo las habilidades socioemocionales, la percepción de sí mismos y las relaciones interpersonales de los estudiantes, sino también su adaptación académica. Sin embargo, los programas difieren en su efectividad.
Aparentemente, practicar habilidades es un enfoque mejor que dar lecciones a los estudiantes sobre lo que deben hacer para aliviar el estrés y la ansiedad.
Los investigadores descubrieron que los programas que incluían la práctica supervisada de habilidades específicas superaron significativamente a los programas de orientación didáctica o psicoeducativos, así como a los programas basados en habilidades sin práctica supervisada.
Estos hallazgos tienen implicaciones importantes porque el estrés, la ansiedad y la depresión se encuentran entre los problemas de adaptación más comunes que experimentan los estudiantes de educación superior, y estos problemas han ido aumentando en el campus universitario.
Además, estos problemas pueden interferir con el rendimiento y la retención académicos de los estudiantes. Por otro lado, el desarrollo de activos psicosociales, incluidas las habilidades sociales y emocionales de adaptación, las autopercepciones positivas y las relaciones interpersonales de apoyo, puede ayudar al estudiante a autocontrolar su salud mental y mejorar el rendimiento y la retención académicos.
Los autores discuten el valor de los programas de capacitación en habilidades con un enfoque de salud mental preventiva y su aplicación en entornos educativos superiores. Llegan a la conclusión de que los programas eficaces para prevenir la angustia emocional y promover los activos psicosociales justifican un uso más generalizado.
Fuente: Springer / EurekAlert!