Frenar la inflamación puede reducir el riesgo de Alzheimer y Parkinson

Una nueva revisión de la literatura sugiere que el riesgo de que una persona desarrolle las enfermedades de Alzheimer y Parkinson puede mitigarse mediante acciones del estilo de vida que ralentizan la inflamación del tejido nervioso.

En el estudio, los investigadores revisaron los factores de riesgo modificables para las enfermedades de Alzheimer y Parkinson centrándose en el impacto de la neuroinflamación en los mecanismos de las enfermedades neurodegenerativas.

Las enfermedades neurodegenerativas comunes incluyen la enfermedad de Alzheimer y Parkinson, trastornos que se encuentran entre las causas más comunes de demencia y que contribuyen cada vez más a la morbilidad y la mortalidad en todo el mundo.

El estudio aparece en la revista Ciencia actual del envejecimiento.

Una característica común de estas dos enfermedades es la neuroinflamación, que inicialmente se desencadena por la presencia de estructuras moleculares patológicas asociadas con estos trastornos.

La neuroinflamación crónica es sostenida por la activación persistente de las células gliales no neuronales en el cerebro, lo que da como resultado el daño o la muerte de las células vecinas, incluidas las neuronas y las células gliales mismas.

Se plantea la hipótesis de que la neuroinflamación persistente del cerebro contribuye a la neurodegeneración observada en las enfermedades de Alzheimer y Parkinson.

Los revisores señalan cuatro factores de riesgo modificables para las enfermedades de Alzheimer y Parkinson: inactividad física, afecciones relacionadas con enfermedades vasculares, obesidad y diabetes mellitus tipo dos.

Los expertos explican que estos factores de riesgo modificables contribuyen a la neuroinflamación a través de mecanismos específicos que están directamente relacionados con las patologías de las enfermedades de Alzheimer y Parkinson.

En una nota positiva, los factores de riesgo se consideran modificables, ya que los individuos pueden reducir o evitar su aparición en la población general mediante varios cambios en el estilo de vida. Se sabe que los comportamientos de estilo de vida, como una dieta mejorada, el ejercicio regular y el tratamiento eficaz de afecciones relacionadas con enfermedades vasculares, como la presión arterial alta, reducen la neuroinflamación.

Los autores del estudio concluyen que el control de los factores de riesgo modificables es un enfoque válido para controlar la mayor incidencia de las enfermedades de Alzheimer y Parkinson.

Además, la investigación debe continuar buscando una mejor comprensión del mecanismo molecular de la neuroinflamación, un enfoque que podría ayudar a identificar nuevos objetivos terapéuticos para combatir las enfermedades neurodegenerativas.

Fuente: Betham Science Publishers / EurekAlert

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