La depresión estacional también afecta a los mercados financieros

Un estudio reciente publicado en Ciencias de la psicología social y de la personalidad muestra que las personas que experimentan depresión estacional evitan tomar riesgos financieros durante las temporadas con poca luz del día, pero están más dispuestas a aceptar riesgos en primavera y verano.

Estudios anteriores de la autora Lisa Kramer y otros sugieren que la depresión estacional puede ser lo suficientemente poderosa para mover los mercados financieros.

“Nunca, hasta ahora, habíamos podido vincular un fenómeno estacional generalizado en todo el mercado a las emociones de los inversores individuales”, dice el profesor Kramer, quien enseña finanzas conductuales en la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto. Titulado "Este es su portafolio en invierno", coescribió el estudio con Mark Weber de la Universidad de Waterloo.

Los investigadores basaron sus hallazgos en un estudio de profesores y personal de una gran universidad norteamericana. A los participantes se les pagó por cada parte del estudio al que se unieron, que incluía encuestas en línea y evaluaciones de comportamiento. También tenían la opción de poner parte o la totalidad de su pago en una inversión con probabilidades de 50:50 y donde las ganancias potenciales excedían las pérdidas potenciales, para imitar el riesgo financiero.

Los participantes que experimentaron depresión estacional eligieron más de los pagos garantizados y pusieron menos dinero en riesgo en invierno, pero su tolerancia al riesgo estuvo más en línea con la de otros participantes en verano.

Aproximadamente el 10 por ciento de la población sufre de depresión estacional severa, conocida como trastorno afectivo estacional (SAD). Sin embargo, la evidencia sugiere que incluso aquellos que no califican para un diagnóstico de TAE aún experimentan algún grado de fluctuación estacional en el estado de ánimo. Investigaciones anteriores han señalado que los patrones estacionales en los rendimientos del mercado de valores han sido consistentes con las personas que evitan el riesgo en el otoño y el invierno.

“Gran parte de la sabiduría común sobre economía y finanzas se basa en la noción de que somos muy racionales a la hora de tomar decisiones financieras”, dice el profesor Kramer. "Pero cada vez más descubrimos que la toma de decisiones financieras es un proceso inherentemente emocional".

Los hallazgos tienen implicaciones para personas como los planificadores financieros, quienes, según el profesor Kramer, pueden necesitar ser más sensibles a la variación estacional en la tolerancia al riesgo de sus clientes. Los comerciantes de acciones también pueden beneficiarse al comprender de dónde provienen sus reacciones cuando se trata de un mal día de negociación.

"Es importante respirar profundamente y asegurarse de que las decisiones se tomen sobre la base de criterios objetivos, en lugar de criterios emocionales", dice.

Fuente: Psicología social y ciencia de la personalidad.

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