El estrés duele las relaciones

Me encanta cuando me encuentro con un artículo de una revista de 15 páginas que básicamente se reduce a: "Las relaciones pueden verse afectadas por el estrés". De Verdad? ¡Quien sabe!

Pero, por supuesto, simplifico demasiado (y me adelanto).

Neff y Karney (2009) querían entender cómo las parejas se relacionan entre sí en el matrimonio a lo largo del tiempo, y si existen factores de personalidad específicos o estilos de relación que puedan predecir una mayor estabilidad en una relación, incluso durante momentos de estrés. ¿Las parejas se volverían más reactivo (por ejemplo, reacciona más intensamente) a los altibajos de las relaciones cotidianas mientras se encuentra bajo mayor estrés

Para estudiar estas cuestiones, los investigadores realizaron dos estudios. El primer estudio analizó los datos del diario de 146 parejas de recién casados ​​durante un curso de 7 días. El segundo estudio examinó el diario de siete días de 82 parejas de recién casados ​​a lo largo de 4 años.

Antes de completar los diarios diarios durante una semana, también se les pidió a las parejas que completaran individualmente medidas psicológicas sobre una serie de temas específicos, como su satisfacción conyugal, aspectos específicos de su relación, autoestima y estilos de apego. Los investigadores también entrevistaron a las parejas para determinar cuáles fueron los eventos estresantes de su vida.

Un estilo de apego es un término psicológico para describir cómo nos relacionamos con nuestra pareja en tres dimensiones psicológicas: cercanía en la relación, ansiedad y dependencia. Por ejemplo, un elemento que mide la ansiedad en las relaciones podría ser: "A menudo me preocupa que mi pareja no quiera quedarse conmigo". Se ha demostrado en estudios anteriores que este estilo de apego está relacionado con la forma en que las parejas lidian con el estrés en su relación.

Neff y Karney descubrieron que los cónyuges, especialmente las esposas, más que los esposos, que experimentaban una mayor cantidad de estrés reaccionaban con más fuerza a los altibajos diarios normales de las relaciones. Esto ocurrió independientemente de su nivel de autoestima o de su estilo de apego a las relaciones. Por lo tanto, tener una baja autoestima o un estilo de apego inseguro no vacunó la relación ni proporcionó un amortiguador contra el estrés, como cabría esperar.

El segundo estudio confirmó la sabiduría común de que cuanto mayor es el estrés en nuestras vidas, más reactivos somos a los altibajos normales de nuestra relación. Cuando estamos bajo un mayor estrés, sentimos los desaires percibidos, por ejemplo, por parte de nuestra pareja de manera más aguda. O escuchamos algo más en el tono de su voz cuando nos piden que saquemos la basura.

La capacidad por sí sola, como señalan los investigadores, no garantiza que pueda responder de manera adecuada en su relación. En puede ser necesario pero no suficiente tener buenas habilidades para relacionarse, porque es posible que no pueda aprovechar esas habilidades cuando esté bajo mayor estrés. Los investigadores también encontraron que las habilidades para relacionarse de una persona, como las propias relaciones, aumentan y disminuyen con el tiempo. No son estas habilidades estáticas que existen en algún vacío. En momentos de estrés, esta investigación sugiere que no siempre podemos recurrir a nuestra relación positiva o nuestras habilidades de comunicación; el estrés puede abrumarnos a nosotros y a nuestras habilidades.

Las relaciones expuestas a mucho estrés durante un largo período de tiempo están destinadas a fallar, sin importar cuán bien sean las habilidades de relación de cada individuo. Durante esos momentos, es más probable que veamos la relación como algo negativo, sin darnos cuenta del impacto que el estrés está teniendo en la validez de nuestra evaluación: colorea nuestra percepción de la relación en sí. Elimine el estrés y las habilidades para relacionarse positivamente de las personas pueden volver a tomar el control, y generalmente lo hacen.

Este estudio es importante porque muchas investigaciones anteriores sobre relaciones han examinado las relaciones en una especie de vacío ambiental: no tomaron en cuenta el estrés de la vida diaria ni los factores estresantes cuando estudiaron la relación. Ahora tenemos una mejor comprensión de cómo el estrés puede afectar una relación y cómo puede neutralizar las habilidades de relación positiva de una persona o el estilo de apego a la relación.

La conclusión para las parejas es simple: cada individuo debe aprender a lidiar con el estrés de manera positiva fuera de la relación (a través de actividades para minimizar la acumulación de estrés en primer lugar, ejercicio regular y otras actividades para aliviar el estrés). No importa qué tan bien funcione en la vida cotidiana, todas las habilidades del mundo pueden irse al infierno en una canasta de mano cuando se estresan.

Referencia:

Neff, L.A. y Karney, B.R. (2009). Estrés y reactividad ante las experiencias cotidianas de las relaciones: cómo el estrés dificulta los procesos de adaptación en el matrimonio. Revista de personalidad y psicología social, 97 (3), 435-450.

PD: aparte, no pude evitar divertirme porque mientras leía este artículo, confundía constantemente la referencia a los cónyuges no como "íntimos" (como hicieron los investigadores), sino como "presos". ¿Qué te dice eso sobre mis habilidades para relacionarme? 🙂

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