Tristeza en medio de la alegría
Es una época feliz del año. Un tiempo para estar alegre. Un momento para estar junto a la familia. Pero estoy escuchando una historia triste. Una joven murió en un instante. Un hueso se le atascó en la garganta. Una muerte estúpida, insensata e inútil.Una mamá está en shock. No puede creer lo que ha pasado. La gente viene a presentar sus respetos. Traen comida. Derraman lágrimas. Se abrazan. Ofrecen su más sentido pésame. Preguntan si hay algo que puedan hacer. Pero todos saben que lo único que desearían poder hacer, no pueden.
Y luego un visitante pronuncia las palabras que hacen que mamá se estremezca. Él le toma la mano con fuerza mientras le asegura que "Todo sucede por una razón".
"¿Qué razón podría haber?" ella replica, mientras se aleja de él. Él responde con voz suave, “Crecerás a partir de esto. Encontrarás el significado de Dios. Verás." Este hombre cree que está siendo útil. No sabe que sus palabras cortan en lugar de curar, lastiman en lugar de curar. No es un hombre mezquino; es un ignorante.
Cuando los seres queridos están sufriendo, no sabemos qué hacer. Nos sentimos obligados a decir algo. Por lo tanto, los lugares comunes se derraman de nuestra boca, disfrazados de sabiduría preciosa. Ofrecemos asesoramiento. Les decimos que todo irá bien. Les decimos lo que Dios quiere.
Entonces, ¿qué debemos hacer si los tópicos no funcionan? ¿Qué decimos para ocultar nuestro malestar en estas situaciones de indefensión? ¿Evitar la situación por completo? No.
Permita que su ser querido sufra a su manera, en su horario. Déjala hablar o no hablar. Déjala llorar, o no llores. Déjala aullar de desesperación, o no aullar. Que odie a Dios. O ama a Dios. O no creer en Dios.
Cuando una vida se ha hecho añicos, no intente mejorar las cosas. Muchas pérdidas no se pueden mejorar. No se pueden entender. Ni siquiera pueden aceptarse, especialmente si se trata de la pérdida de un hijo. Tu hijo es tu futuro. Esto nunca debió de haber pasado.
Entonces, ¿cómo puedes ser útil? Simplemente esté ahí. Esté completamente presente cuando necesite despotricar, llorar o guardar silencio. Esté allí cuando esté desesperada o se sienta mejor. Y cuando ella quiera estar sola, déjela estar sola. Pero hágale saber que, incluso en su soledad, la está sosteniendo en su corazón.
El duelo es un proceso necesario. Debe suceder antes de que uno pueda sanar o seguir adelante. Suena bastante simple. Pero somos una sociedad impaciente. Queremos que la gente supere incluso sus pérdidas más profundas demasiado pronto. No apreciamos que acortar el proceso de duelo pueda reducir el proceso de curación. Y el duelo puede que nunca termine por completo. Ciertamente, cada temporada navideña será un duro recordatorio para esta mujer de su pérdida.
Por lo tanto, si quiere ayudar a una persona devastada por el dolor, evite dar consejos. En cambio, simplemente esté presente en el momento. Y si se siente incómodo sin hacer nada, recuerde que esto no se trata de hacer. Se trata de estar presente en el momento en que su ser querido lo necesite.
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