La CBT puede ayudar a los niños autistas a regular las emociones

Un nuevo estudio sugiere que una modalidad de psicoterapia específica puede ayudar a los niños con autismo a manejar no solo la ansiedad, sino otros desafíos emocionales, como la tristeza y la ira.

Los investigadores de la Universidad de York descubrieron que la terapia cognitivo-conductual puede conducir a mejoras significativas en la regulación emocional de los niños. También muestra por primera vez que la TCC puede mejorar más que la ansiedad.

La nueva investigación, dirigida por Jonathan Weiss, profesor asociado del Departamento de Psicología, es el primer ensayo de TCC transdiagnóstico para niños con autismo, que emplea un ensayo controlado aleatorio.

Los expertos explican que aproximadamente el 70 por ciento de los niños con autismo lucharán con algún tipo de desafío emocional. Aproximadamente la mitad de estos niños tendrá problemas de ansiedad y otro 25 a 40 por ciento tendrá problemas con otros desafíos emocionales como la ira o la depresión.

Los niños con autismo suelen tener ambas afecciones.

"Podemos utilizar esta misma intervención para mejorar las habilidades de los niños de manera más amplia, independientemente del desafío emocional que tengan", dijo Weiss. "Podemos hacerlos más resistentes a muchos problemas de salud emocional y mental".

Participaron del estudio 68 niños de 8 a 12 años y sus padres, en su mayoría madres. Los participantes fueron asignados al azar a dos grupos: un grupo que recibió 10 sesiones comenzando de inmediato y otro grupo esperando recibir tratamiento más tarde.

Luego, los investigadores rastrearon cómo cambiaron sus emociones y comportamiento antes y después del tratamiento.

“Demostramos que los niños que recibieron este tratamiento de inmediato mejoraron su capacidad para controlar sus emociones y sus problemas de salud mental en general, en comparación con los niños que estaban esperando tratamiento”, dijo Weiss.

Un médico que no participó en la provisión directa del tratamiento y no sabía si los niños estaban en el grupo de tratamiento o en la lista de espera calificó al 74 por ciento de los niños que recibieron tratamiento como mejorados, en comparación con solo el 31 por ciento de los del grupo de la lista de espera.

El tratamiento consistió en una terapia cognitivo-conductual con temática de espías por tiempo limitado que incluía un programa de computadora, juegos y herramientas para ayudar a construir el conjunto de herramientas emocionales del niño. Las herramientas ayudan a los niños a enfrentarse a situaciones que anteriormente pueden haber sido desafiantes, de frente y de una manera más solidaria.

Durante la intervención, los padres también practican lo que están aprendiendo con sus hijos y sirven como coterapeutas en las sesiones de terapia.

Los investigadores ahora están analizando cómo esta intervención puede usarse para otras condiciones del neurodesarrollo que a menudo se superponen con el autismo, como el TDAH.

Fuente: Universidad de York

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