¿Pueden los malos hábitos fomentar el TOC?

Las investigaciones emergentes sobre el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) sugieren que la tendencia a desarrollar hábitos, el componente compulsivo del trastorno, puede ser una característica central del trastorno, más que una consecuencia de creencias irracionales.

Por ejemplo, en lugar de lavarse las manos por la creencia de que están contaminadas, algunas personas pueden desarrollar preocupaciones sobre la contaminación de las manos como consecuencia de una necesidad recurrente de lavarse las manos.

Los expertos dicen que los hábitos son comportamientos arraigados en la práctica que nos permiten realizar comportamientos muy complejos de una manera casi automática, como golpear un palo de golf o tocar una sonata para piano.

Los hábitos no parecen ser comportamientos dirigidos a objetivos totalmente conscientes en el sentido de que cuando uno piensa en los detalles del comportamiento complejo, por ejemplo cuando se trata de mejorar un swing de golf, a menudo interfiere con la expresión del hábito.

Los hábitos también parecen ser características definitorias de los trastornos psiquiátricos con componentes conductuales prominentes, como el alcoholismo, la adicción a las drogas, el juego patológico y los trastornos alimentarios.

Dos nuevos estudios, publicados en la revista Psiquiatría biológica, apoyan la opinión de que la formación de hábitos es un componente importante del TOC.

Ambos estudios fueron realizados por investigadores de la Universidad de Cambridge que compararon hábitos y comportamientos dirigidos a objetivos en un grupo de personas diagnosticadas con TOC y un grupo similar de personas sanas.

Descubrieron que el grupo con TOC tenía una mayor tendencia a desarrollar hábitos de evitación y también mostraba deficiencias en la toma de decisiones dirigida a objetivos.

"La formación de hábitos parece ser un componente fundamental de un número creciente de enfermedades, incluidos los trastornos alimentarios, las adicciones y ahora el TOC", comentó el Dr. John Krystal, editor de Psiquiatría biológica.

"Para todas estas condiciones, necesitamos comprender mejor la biología de la formación de hábitos para desarrollar racionalmente tratamientos nuevos y más efectivos".

“El panorama más amplio de estos estudios es que hemos identificado un modelo de compulsividad, que puede extenderse más allá del TOC y demostrar ser un buen modelo de cómo las personas pierden el control sobre su propio comportamiento en general, y en otros trastornos de compulsividad, como la adicción y algunos trastornos alimentarios ”, dijo la investigadora Dra. Claire Gillan.

“Es importante destacar que este modelo se derivó de trabajos anteriores tanto en animales como en humanos que caracterizaron sistemas neuronales disociables que respaldan el equilibrio entre la acción intencionada y hábitos más automáticos.

“Es el momento adecuado para que la psiquiatría comience a alejarse de las etiquetas de diagnóstico y, en su lugar, se enfoque en rasgos biológicos que trasciendan las definiciones actuales de trastornos discretos”, dijo Gillan.

Los investigadores esperan que un mayor nivel de precisión biológica permita el desarrollo de tratamientos específicos para las personas y, con suerte, permita alejarse de un enfoque de tratamiento único para todos.

Fuente: Elsevier

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