El deseo de tener más autocontrol puede ser contraproducente

La capacidad de mejorar la fuerza de voluntad es un lamento común. Para muchos, rechazar ese delicioso trozo de pastel de chocolate o resistir la tentación de comprar ropa que no necesitamos es mucho más fácil de decir que de hacer.

A lo largo de los años, las investigaciones han demostrado que el autocontrol es un atributo valioso que nos permite alcanzar nuestras metas en la vida. En consecuencia, muchos programas de intervención se han diseñado para mejorar nuestras vidas ayudándonos a desarrollar más autodisciplina.

En términos más generales, los padres, las instituciones educativas, de gobierno y religiosas, e incluso los medios de comunicación populares, empujan explícitamente tanto a niños como a adultos a desear y desarrollar más autocontrol.

Pero, ¿cómo impacta el deseo de autocontrol en nuestra capacidad para lograrlo?

Un nuevo estudio de la Universidad Bar-Ilan, en cooperación con la Universidad Estatal de Florida y la Universidad de Queensland, Australia, ha demostrado que, irónicamente, querer tener más autocontrol podría ser un obstáculo para lograrlo (independientemente del nivel real de uno mismo). -controlar).

El estudio, titulado "La ironía del autocontrol: el deseo de autocontrol limita el ejercicio del autocontrol en entornos exigentes" aparece enBoletín de personalidad y psicología social.

Para determinar el efecto de querer autocontrol en el comportamiento relacionado con el autocontrol, los investigadores llevaron a cabo una serie de cuatro experimentos que probaron el impacto de querer autocontrol en el rendimiento.

En los cuatro experimentos, se pidió a más de 600 participantes que realizaran tareas que requerían mucho o poco autocontrol.

Su deseo de tener más autocontrol fue medido (utilizando una nueva escala de "deseo de autocontrol" desarrollada por los investigadores) o manipulado (haciendo que las personas evaluaran los beneficios de tener más autocontrol. La manipulación sirvió para establecer el efecto causal del deseo).

Los investigadores descubrieron que no importa si el deseo es medido o manipulado, aquellas personas con un mayor deseo de autocontrol encontraron más difícil ejercer el autocontrol cuando la tarea era difícil (es decir, exigía mucho autocontrol).

Los investigadores creen que la razón de esto es que cuando se enfrenta a una tarea difícil, el deseo se traduce en una sensación de que uno no tiene suficiente autocontrol, lo que provoca una baja autoeficacia (es decir, una menor creencia en las propias habilidades) y, posteriormente, desvinculación de la tarea en cuestión.

Es importante señalar que el nivel de autocontrol de los rasgos de los participantes (su predisposición básica a mostrar autocontrol) no afectó los hallazgos. Es decir, un fuerte deseo de autocontrol tuvo un impacto negativo en los individuos de alto y bajo rasgo de autocontrol.

“Uno de los principales mensajes de este trabajo es que, si bien es bueno para la sociedad que tanto los niños como los adultos tengan un alto nivel de autocontrol, el mero deseo de autocontrol podría ser un obstáculo para lograrlo.

Por lo tanto, aunque se pretende ayudar a las personas a ganar más autocontrol, la práctica común de hacer que las personas deseen más autocontrol corre el riesgo de socavar su confianza y aumentar sus dudas de que tienen los recursos para exhibir autocontrol ”, dice Dra. Liad Uziel, del Departamento de Psicología de la Universidad Bar-Ilan.

Fuente: Universidad Bar-Ilan

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