3 razones por las que la terapia no ayuda a su hijo
Es difícil para los padres llevar a sus hijos a terapia. Después de todo, pocos niños se ofrecen como voluntarios para estar en terapia y con frecuencia son llevados a los consultorios de los terapeutas como rehenes indignados.Después de mucha tensión y estrés, puede tener suerte y su hijo puede acceder a ver a un terapeuta. Pero, ¿qué haces si después de semanas o meses de terapia no ves ningún cambio en su comportamiento?
Las siguientes situaciones debilitan la eficacia de la terapia e incluso pueden hacerla inútil:
- Conflictos de crianza.
Los estilos de crianza contrastantes son la causa número uno de problemas de comportamiento en los niños y socavan los beneficios de la terapia. Después de todo, un terapeuta recibe al niño una hora a la semana; las otras 167 horas son con sus padres. Casados, divorciados o separados: a menos que ambos padres se comprometan a trabajar juntos y unirse por el bien de su hijo, el progreso importante en la terapia seguirá siendo difícil de alcanzar. Los padres en constante desacuerdo son desmoralizantes, deprimentes y no están a la altura de ningún terapeuta. - Abuso de sustancias.
Cuanto mayor sea el caso de abuso de sustancias, menos eficaz es la terapia. Si bien no es raro que los adolescentes experimenten con la marihuana o el alcohol, si su hijo bebe o se coloca tres o cuatro veces por semana o fuma solo en su habitación, debe consultar a un consejero de drogas, no a un terapeuta. No es fácil prevenir la adicción, pero revertirla después de que ya se ha convertido en un problema puede llevar toda la vida. - Problemas de aprendizaje.
Los niños con problemas de aprendizaje no diagnosticados viven en un estado constante de tensión que corroe su actitud, concentración y bienestar. Muchos problemas de comportamiento o estado de ánimo son el resultado de dificultades de aprendizaje no verbal, como habilidades de procesamiento deficientes, dificultades del funcionamiento ejecutivo o problemas de atención. Si su hijo tiene dificultades académicas, consulte con un especialista en aprendizaje. En pocas palabras: la terapia ofrecerá alivio del estrés, pero no reemplaza las dificultades de aprendizaje.
Qué hacer si la terapia no ayuda:
- Programe una reunión con el terapeuta de su hijo.
Programe una cita y exprese sus inquietudes. Trabaje con el terapeuta para encontrar soluciones. Explore otras intervenciones. Pídale al terapeuta que sea franco y directo. Quieres saber si estás haciendo algo mal. No sea pasivo y espere lo mejor. Exprese su frustración directamente. Piensen juntos en una nueva estrategia. - Considere la terapia familiar.
La terapia familiar es una excelente herramienta para reiniciar las relaciones familiares y mejorar la comunicación. Puede ser desafiante, incluso agotador, pero la terapia familiar también ofrece a las familias un lugar para procesar los sentimientos difíciles y encontrar soluciones que beneficiarán a todos, todo bajo la supervisión de un profesional. - Obtenga más apoyo.
No lo hagas solo. Aproveche todo el apoyo que pueda encontrar. Obtenga segundas opiniones, hable con los funcionarios de la escuela y pida consejo a sus amigos y familiares. Cuando se trata de llegar al fondo de los problemas de su hijo, no sea tímido; cuanto más apoyo tenga, mejor.
Si la terapia no es suficiente, es probable que no se aborden las verdaderas causas de los problemas de su hijo. Los comportamientos disruptivos o depresivos son siempre síntomas de problemas más profundos.
Juega al detective. Investigue los problemas de su hijo desde todos los ángulos y considere cualquier cosa que pueda estar causándole un estrés indebido. Lo más probable es que, con tanta tenacidad, encuentres el gran avance que buscas.
© 2015 Sean Grover