¿Un lado positivo del coronavirus? El regalo de las dificultades y la decepción para los niños

En un intento de darle un giro positivo al actual desastre del COVID-19, recuerdo las enseñanzas y la filosofía del famoso psiquiatra existencial Victor Frankl. El Dr. Frankl experimentó personalmente y sobrevivió a una de las peores manchas en la historia de la humanidad, el Holocausto. Sobrevivió a la locura de los campos de exterminio porque estaba decidido a encontrar algo positivo dentro de la depravación de los acontecimientos que lo envolvieron durante la Segunda Guerra Mundial.

Después de la guerra, Frankl convirtió sus horribles experiencias y el trauma colectivo de quienes sufrieron en una fuerza positiva que beneficiaría a millones de personas en un enfoque psicoterapéutico conocido como logoterapia. La filosofía de Frankl instaba a las personas a no reaccionar emocionalmente a los desafíos de la vida, sino a responder de manera auténtica y significativa a tales dificultades.

En el espíritu del trabajo del Dr. Frankl sobre el sufrimiento humano, ofrezco a los lectores un replanteamiento positivo del desastre pandémico que actualmente afecta a nuestro país. He adoptado por completo una expresión útil que aprendí al estudiar logoterapia y otras filosofías existenciales. Esta expresión ha guiado mi práctica psicológica ayudando a los niños y ha enriquecido mi perspectiva sobre el dolor humano. La frase se titulaba El don de la lucha. Este adagio fue acuñado y repetido en los pasillos de las escuelas y la academia porque resume de manera sucinta la sabiduría que los profesionales de servicios humanos han conocido durante décadas.

Los profesionales de la salud mental que impartieron esta sabiduría a los padres sabían intuitivamente lo que Don de la lucha significaba porque, a través de nuestras experiencias trabajando con innumerables niños, fuimos testigos de su verdad. La verdad es que cuando los niños luchan por superar los problemas con apoyo compasivo, son más propensos a aprender lecciones valiosas que les durarán toda la vida. Sin duda, el Don de la lucha es la antítesis del derecho y protege a los niños de los efectos nocivos de tomar el camino más fácil para superar los desafíos de la vida.

Mientras millones de niños enfrentan actualmente planes cancelados para vacaciones, películas, fiestas, graduaciones, bailes de graduación y pedidos para quedarse en casa, están luchando por adaptarse a la realidad de nuestra situación sin precedentes. En la misma línea que el Don de la lucha, una nueva frase ha nacido de la crisis existente. La nueva máxima es, El don de la decepción. los Regalo de la decepción suena tan cierto como el Don de la lucha porque son primos hermanos. Si bien esta extraordinaria catástrofe está causando un tremendo estrés y ansiedad, también presenta a los profesionales y padres una oportunidad excepcional de enseñar a los niños lecciones de la vida real que los fortalecerán a largo plazo.

Con empatía y apoyo, los adultos pueden guiar a los niños a través de las dificultades. Podemos enseñar a los niños que las dificultades y la desilusión son una parte natural y esperada de la vida. Si bien no podemos evitar las envidiables adversidades de la vida, ciertamente podemos mostrar a los estudiantes cómo responder lo. Los adultos pueden enfatizar el mensaje central para los niños de que es posible que no siempre podamos controlar los eventos externos, pero podemos controlar cómo pensamos sobre tales eventos. Siempre tenemos una opción en situaciones, es decir, si responder o reaccionar, y la elección que seleccionamos marca la diferencia. Cuando las personas utilizan la reflexión genuina para hacer frente a los problemas, los resultados son mucho mejores que si reaccionamos emocionalmente a tales situaciones. De hecho, sin experimentar y afrontar la decepción de forma adecuada, no se puede inculcar en los niños la capacidad de recuperación y la sabiduría.

En resumen, creo que es fundamental que los niños aprendan que un propósito genuino puede evolucionar a partir de la adversidad y la crisis. El mensaje principal es guiar a los niños a través de la lucha y la decepción. Los niños pueden optar por responder o reaccionar ante situaciones. Cuando enseñamos cómo responder y no reaccionar ante las dificultades, ayuda a definir y moldear el carácter de un niño. No se me ocurre nada más significativo que mostrarles a los niños que algo tan negativo puede tener un impacto notablemente positivo en sus vidas.

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