El seguimiento ocular ayuda a los maestros a planificar estrategias para niños autistas

Un nuevo estudio demuestra el uso de la tecnología de seguimiento ocular como una forma de mejorar los servicios sociales para niños con trastornos del espectro autista.

Los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory utilizaron la metodología de seguimiento ocular para medir la relación entre la discapacidad cognitiva y social en niños con trastornos del espectro autista (TEA). La técnica también informa a los investigadores sobre la capacidad de los niños con TEA para prestar atención a las interacciones sociales.

Katherine Rice y sus colegas han publicado el estudio en el Revista de la Academia Estadounidense de Psiquiatría de Niños y Adolescentes. El estudio es el más grande hasta la fecha para observar a niños con TEA viendo escenas de interacción social.

Ciento treinta y cinco niños, 109 con autismo y 26 sin, todos aproximadamente de 10 años, participaron en el estudio.

Los investigadores siguieron los movimientos oculares mientras se mostraban a los niños escenas de películas de niños en edad escolar en situaciones sociales apropiadas para su edad.

Un conjunto de análisis se centró en las diferencias entre los niños con TEA y los niños con desarrollo típico, al hacer coincidir estrechamente un subconjunto de personas con TEA con pares con desarrollo típico en cuanto a CI, género y edad.

Un segundo conjunto de análisis se centró en medidas que cuantifican el amplio espectro de comportamiento adaptativo y desadaptativo en el TEA mediante el análisis de la variación en los 109 participantes del TEA.

Los investigadores descubrieron que los niños con autismo tenían menos probabilidades que sus compañeros de desarrollo típico de mirar los ojos y las caras de otras personas, y eran más propensos a fijarse en cuerpos y objetos inanimados.

Los resultados también revelaron las diferentes formas en que los niños con autismo usan la información que observan. Para todo el grupo de niños con TEA, una mayor observación de objetos inanimados en lugar de personas se asoció con una discapacidad social más grave.

Sin embargo, para algunos subconjuntos del espectro del autismo, como los niños altamente verbales con TEA, cuyo coeficiente intelectual verbal era mayor que su coeficiente intelectual no verbal, el aumento de mirar la boca de otras personas se asoció con una menor discapacidad.

Los investigadores dicen que los hallazgos ayudarán a los cuidadores a tener una idea amplia de las capacidades de un niño en particular.

“Estos resultados nos ayudan a separar parte de la vasta heterogeneidad del espectro del autismo”, dijo Rice. “Para algunos niños, los patrones de apariencia atípica pueden servir como una estrategia compensatoria; pero para otros, estos patrones están claramente asociados con conductas desadaptativas.

"Las medidas objetivas y cuantitativas de la discapacidad social nos ayudan a identificar estos subconjuntos de una manera basada en datos".

Fuente: Elsevier

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