¿Con qué frecuencia debemos confiar en nuestra intuición?

Para muchos, nuestra respuesta instintiva nos ayuda a tomar la decisión cuando nos enfrentamos a una decisión difícil. Pero, ¿es éste siempre el curso de acción correcto?

Un nuevo estudio que explora el proceso de toma de decisiones encuentra que la capacidad para tomar decisiones intuitivas varía considerablemente: la intuición puede ser un aliado útil o puede conducir a errores costosos y peligrosos.

Resultados de la investigación, publicados en ciencia psicológica, una revista de la Association for Psychological Science, sugiere que la confiabilidad de nuestra intuición está realmente influenciada por lo que sucede físicamente en nuestros cuerpos.

“A menudo hablamos de que la intuición proviene del cuerpo, siguiendo nuestros instintos y confiando en nuestros corazones”, dijo Barnaby D. Dunn, Ph.D., de la Unidad de Ciencias del Cerebro y Cognición del Consejo de Investigación Médica en Cambridge, Reino Unido, primer autor de el nuevo papel. Lo que no es seguro es si debemos seguir o sospechar de lo que nos dicen nuestros cuerpos. ¿Y diferimos en la influencia que tienen nuestros instintos sobre cómo tomamos decisiones?

Para investigar cómo las diferentes reacciones corporales pueden influir en la toma de decisiones, Dunn y sus coautores pidieron a los participantes del estudio que intentaran aprender a ganar en un juego de cartas que nunca antes habían jugado. El juego fue diseñado para que no hubiera una estrategia obvia a seguir y, en cambio, los jugadores tuvieran que seguir sus corazonadas. Mientras jugaba, cada participante llevaba un monitor de frecuencia cardíaca y un sensor que medía la cantidad de sudor en la punta de los dedos.

La mayoría de los jugadores encontraron gradualmente la manera de ganar en el juego de cartas e informaron haber confiado en la intuición más que en la razón. Los cambios sutiles en la frecuencia cardíaca de los jugadores y las respuestas al sudor afectaron la rapidez con que aprendieron a tomar las mejores decisiones durante el juego.

Curiosamente, la calidad de los consejos que les daban los cuerpos de las personas variaba. Los instintos de algunas personas fueron acertados, lo que significa que dominaron el juego de cartas rápidamente. Los cuerpos de otras personas les decían exactamente los movimientos equivocados que debían hacer, por lo que aprendieron lentamente o nunca encontraron la manera de ganar.

Dunn y sus coautores encontraron que este vínculo entre los sentimientos viscerales y la toma de decisiones intuitiva es más fuerte en las personas que eran más conscientes de sus propios latidos. Entonces, para algunas personas, poder "escuchar su corazón" les ayudó a tomar decisiones acertadas, mientras que para otras les llevó a cometer errores costosos.

“Lo que sucede en nuestro cuerpo realmente parece influir en lo que pasa por nuestra mente. Sin embargo, debemos tener cuidado al seguir estos instintos, ya que a veces ayudan ya veces obstaculizan nuestra toma de decisiones ”, dijo Dunn.

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

!-- GDPR -->