Comportamiento agresivo vinculado a regiones cerebrales emocionales más pequeñas

La investigación emergente respaldada por estudios de neuroimagen sugiere que el comportamiento agresivo está relacionado con un volumen cerebral más pequeño en las regiones del cerebro que regulan las emociones.

Específicamente, los investigadores descubrieron que las personas propensas a la ira tienen estructuras cerebrales frontolímbicas más pequeñas. Sus hallazgos se publican en la revista Psiquiatría biológica: neurociencia cognitiva y neuroimagen.

En el artículo, los investigadores informan que las personas con trastorno explosivo intermitente (IED) tienen un volumen de materia gris significativamente menor en estas estructuras cerebrales frontolímbicas. En otras palabras, estas personas tienen un "cerebro emocional" más pequeño.

"El trastorno explosivo intermitente se define en el DSM-5 como agresión recurrente, problemática e impulsiva", dijo el Dr. Emil Coccaro, autor principal del artículo. “Si bien es más común que el trastorno bipolar y la esquizofrenia combinados, muchos en las comunidades científicas y no profesionales creen que la agresión impulsiva es simplemente un 'mal comportamiento' que requiere un 'ajuste de actitud'.

"Sin embargo, nuestros datos confirman que la IED, según la definición del DSM-5, es un trastorno cerebral y no simplemente un trastorno de la 'personalidad'".

Coccaro y sus colegas también informan una correlación inversa significativa entre las medidas de agresión y el volumen de materia gris frontolímbica.

Los investigadores recolectaron imágenes de resonancia magnética (MRI) de alta resolución en 168 sujetos, incluidos 57 sujetos con IED, 53 sujetos de control sanos y 58 sujetos de control psiquiátricos.

El equipo encontró una correlación directa entre el historial de comportamiento agresivo real y la magnitud de la reducción en el volumen de materia gris, vinculando ambos en una relación dimensional.

"En todos los sujetos, el volumen reducido en las estructuras cerebrales frontolímbicas se asoció con una mayor agresividad", comentó el Dr. Cameron Carter, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Universidad de California, Davis y editor de Psiquiatría biológica: neurociencia cognitiva y neuroimagen.

"Estos importantes hallazgos sugieren que el desarrollo interrumpido de los circuitos que regulan las emociones del cerebro puede ser la base de la propensión de un individuo a la ira y la agresión".

Fuente: Elsevier / EurekAlert

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