Los estudios exploran cómo funciona el autocontrol, o no

Numerosos estudios han encontrado evidencia de la idea del autocontrol como un recurso limitado, es decir, una característica que puede agotarse, pero la investigación emergente sugiere que este modelo puede no contar toda la historia.

Se cree que cuatro mecanismos esenciales influyen en el autocontrol: metabólico, cognitivo, motivacional y afectivo.

Un tema nuevo sugiere un modelo energético de autocontrol. Por lo general, pensamos en una golosina azucarada como algo que pone a prueba nuestro autocontrol porque tenemos que esforzarnos para resistirlo. Pero, ¿y si los dulces pudieran ayudar a aumentar el autocontrol?

Según el modelo energético, el autocontrol se basa en el metabolismo de los carbohidratos; agotamos nuestras reservas de carbohidratos a medida que ejercemos el autocontrol, lo que hace más difícil ejercer el autocontrol hasta que las reservas se vuelvan a acumular.

El científico psicológico Dr. Daniel Molden y sus colegas decidieron probar el modelo energético en una serie de cuatro experimentos en los que se evaluaron los niveles iniciales de glucosa de los participantes antes de realizar tareas que requerían autocontrol. No encontraron evidencia de una relación entre el autocontrol y el metabolismo de la glucosa.

Los estudios de seguimiento indicaron que los participantes que se enjuagaron la boca con una solución de carbohidratos mostraron un mejor autocontrol, a pesar de que no ingirieron la solución y no hubo cambios observables en sus niveles de glucosa en sangre.

Estos hallazgos sugieren un mecanismo de autocontrol motivacional en lugar de metabólico. Esta investigación se presenta en la revista ciencia psicológica.

En otro artículo, el científico psicológico Dr. Matthew Sanders y sus colegas realizaron un estudio similar para aclarar si los mecanismos metabólicos o motivacionales subyacen al autocontrol. Los investigadores pidieron a los participantes que participaran en una tarea que requería autocontrol; Luego, los participantes se enjuagaron la boca con glucosa o con un edulcorante sin glucosa mientras realizaban una segunda tarea de autocontrol.

Los resultados del estudio replican conceptualmente los informados por Molden y sus colegas. Los participantes que se enjuagaron con el edulcorante de glucosa demostraron un mejor autocontrol que los que se enjuagaron con un edulcorante sin glucosa, a pesar de que no hubo tiempo suficiente para que la glucosa se metabolizara realmente.

Estos resultados, también encontrados enCiencia psicológica, proporcionan evidencia adicional que sugiere que la glucosa influye en el autocontrol a través de una ruta no metabólica.

Los investigadores especulan que la glucosa puede activar áreas del cerebro involucradas en la selección e inhibición de la acción, así como en la detección de errores y la evaluación de respuestas competitivas.

El próximo estudio desafía la creencia de que el autocontrol es un recurso limitado que puede agotarse. En este estudio, los psicólogos Dres. Michael Inzlicht y Brandon J. Schmeichel revisaron la investigación existente sobre el autocontrol y proponen un modelo alternativo de autocontrol centrado en el proceso.

Este modelo de proceso sostiene que nuestros esfuerzos iniciales de fuerza de voluntad cambian nuestra motivación del control hacia la gratificación. Como parte de este proceso, nuestra atención se aleja de las señales que indican la necesidad de control y se dirige a las señales que indican indulgencia.

Inzlicht y Schmeichel argumentan que el modelo de proceso proporciona un punto de partida para comprender el autocontrol y que se necesitan más investigaciones que examinen estas influencias cognitivas, motivacionales y afectivas sobre el autocontrol. El estudio se puede encontrar en la revista Perspectivas de la ciencia psicológica.

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

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