Los sucesos estresantes menores pueden provocar reacciones emocionales importantes

Una nueva investigación sugiere que nuestra respuesta al estrés a veces puede exagerarse demasiado debido al desarrollo evolutivo del cerebro que vincula las respuestas emocionales con las percepciones del estrés.

Como resultado, las situaciones levemente estresantes pueden afectar nuestras percepciones de la misma manera que las que amenazan la vida.

En el estudio, los investigadores estudiaron los efectos de la pérdida de dinero, un evento estresante para casi todos. La pérdida de dinero, real o percibida, puede causar resultados importantes, ya que la pérdida financiera puede conducir a un comportamiento irracional.

Los investigadores determinaron que el estrés causado por una pérdida financiera puede alterar nuestro sentido de la realidad, interfiriendo con una comprensión real de la situación.

Los hallazgos, encontrados en el Revista de neurociencia, también puede tener implicaciones para nuestra comprensión de los mecanismos neurológicos subyacentes al trastorno de estrés postraumático.

En el estudio, los investigadores capacitaron a los sujetos utilizando un método de condicionamiento clásico en situaciones relacionadas con el dinero.

Se pidió a los sujetos que escucharan una serie de tonos compuestos por tres notas diferentes. Después de escuchar una nota, se les dijo que habían ganado una cierta suma; después de una segunda nota, se les informó que habían perdido parte de su dinero; y una tercera nota fue seguida por el mensaje de que sus fondos seguirían siendo los mismos.

Los investigadores descubrieron que los sujetos mejoraron su capacidad para distinguir las notas musicales cuando una nota estaba vinculada a una ganancia, o al menos a ninguna pérdida. Pero cuando escucharon la nota de "perder dinero", en realidad empeoraron al distinguir una nota de la otra.

Como parte del estudio, los investigadores utilizaron exploraciones de resonancia magnética funcional (fMRI) para observar las áreas del cerebro involucradas en la tarea de aprendizaje. Los investigadores descubrieron que la amígdala, un área del cerebro que se sabe que está asociada con las emociones, estaba muy involucrada durante el proceso de aprendizaje.

Los investigadores también notaron actividad en otra área en la parte frontal del cerebro, que funciona para moderar o disminuir la respuesta emocional. Los sujetos que exhibieron una actividad más fuerte en esta área mostraron una disminución menor en sus habilidades para distinguir entre tonos.

El neurocientífico e investigador jefe Rony Paz, Ph.D., dijo que la investigación demuestra los aspectos evolutivos del cerebro en respuesta al estrés.

Nuestro cerebro ha sido entrenado para difuminar ciertas entradas: si la mejor respuesta al gruñido de un león es correr rápido, sería contraproducente distinguir entre diferentes tonos de gruñido. Cualquier sonido similar debería hacernos huir sin pensar, dijo Paz.

“Desafortunadamente, ese mismo mecanismo de confusión se puede activar hoy en situaciones que provocan estrés y que no ponen en peligro la vida, como perder dinero, y esto puede dañarnos”.

Una reacción exagerada al estrés puede ser bastante grave. Por ejemplo, puede estar involucrado en el trastorno de estrés postraumático. Si los pacientes no pueden distinguir entre un estímulo que debería causar una respuesta de pánico y estímulos similares, pero no amenazantes, pueden experimentar fuertes reacciones emocionales en situaciones inapropiadas.

Esta confusión de la percepción puede incluso expandirse con el tiempo para abarcar una gama más amplia de estímulos que expanden negativamente la respuesta al estrés.

Según Paz, la investigación futura está planeada para investigar esta posibilidad en investigaciones futuras.

Fuente: Instituto Weizmann

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