Comunicaciones infantiles vinculadas a los resultados del autismo
La investigación emergente busca mejorar la detección de los trastornos del espectro autista (TEA) entre los niños de alto riesgo, con la esperanza de que la intervención temprana conduzca a mejores resultados en el futuro
Los investigadores dicen que el 19 por ciento de los niños con un hermano diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA) desarrollarán autismo debido a vulnerabilidades genéticas y ambientales compartidas.
En un nuevo estudio, los científicos de la Universidad de Miami (UM) descubrieron medidas de comunicación no verbal en niños, desde los ocho meses de edad, que predijeron los síntomas del autismo (que se hicieron evidentes al tercer año de vida).
Sus hallazgos se publican en la revista Infancia.
Los resultados sugieren que identificar a los niños que están teniendo dificultades lo suficientemente temprano puede mejorar los efectos de las intervenciones.
"Para los niños en riesgo de desarrollar un TEA, las intervenciones específicas orientadas a la comunicación durante los primeros años de vida pueden disminuir la gravedad del impacto del autismo", dice Daniel Messinger, profesor de psicología e investigador principal del estudio.
Antes de que los niños aprendan a hablar, se comunican de forma no verbal mediante el contacto visual y los gestos. Estas habilidades se denominan comunicación referencial y están en desarrollo a los ocho meses de edad. Sin embargo, "las deficiencias en la comunicación referencial no verbal son características de los niños mayores con TEA", dice Caroline Grantz, coautora del artículo.
Para el estudio, los investigadores evaluaron a dos grupos de niños. Un grupo tenía un alto riesgo de TEA y el segundo grupo tenía un riesgo bajo.
Las evaluaciones se realizaron durante sesiones de 15 a 20 minutos, a los 8, 10, 12, 15 y 18 meses de vida. El equipo midió el desarrollo de tres formas de comunicación no verbal:
- Iniciando atención conjunta (IJA): la forma en que un bebé muestra interés en un objeto o evento a su pareja. Por ejemplo, hacer contacto visual y señalar para mostrar un juguete;
- Iniciar solicitudes de comportamiento (IBR): la manera en que un bebé solicita ayuda de un compañero, haciendo contacto visual para pedir un juguete, alcanzando, señalando o dándole al examinador un juguete deseado;
- Responder a la atención conjunta (RJA): la forma en que los bebés responden y siguen el comportamiento de un compañero. Por ejemplo, cuando el examinador señala algo y el niño sigue la mirada del experimentador para mirar ese objeto.Los resultados muestran que los niveles más bajos de crecimiento de IJA e IBR entre los ocho y los 18 meses predijeron la gravedad de los síntomas del TEA en los niños que tenían un hermano con autismo.
“En general, los bebés con las tasas más bajas de IJA a los ocho meses mostraron un menor compromiso social con un examinador a los 30 meses de edad”, dijo Lisa Ibañez, Ph.D., primera autora del artículo.
Fuente: Universidad de Miami