Un nuevo biomarcador puede eliminar las conjeturas del diagnóstico de conmoción cerebral
El secreto para diagnosticar conmociones cerebrales de manera confiable puede estar en la capacidad del cerebro para procesar el sonido, según un nuevo estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Neurociencia Auditiva de la Universidad de Northwestern.
Las conmociones cerebrales, un tipo de lesión cerebral traumática leve, son el resultado de un golpe directo o indirecto en la cabeza que hace que el cerebro se empuje dentro del cráneo. Sin embargo, existe poca relación entre la fuerza de un impacto y la posibilidad de lesiones.
De hecho, dos atletas pueden sufrir golpes similares pero experimentar resultados muy diferentes.
Actualmente, el diagnóstico de una conmoción cerebral debe basarse únicamente en los síntomas, ya que no se ha desarrollado una prueba única para detectarlos de manera confiable y objetiva. En este nuevo estudio, sin embargo, los investigadores han descubierto un marcador biológico en el sistema auditivo que podría eliminar la ambigüedad del diagnóstico de conmociones cerebrales y el seguimiento de la recuperación.
“Este biomarcador podría eliminar las conjeturas del diagnóstico y manejo de la conmoción cerebral”, dijo la autora principal, la Dra. Nina Kraus, profesora de Hugh Knowles en la Facultad de Comunicación y directora del Laboratorio de Neurociencia Auditiva.
"Nuestra esperanza es que este descubrimiento permitirá a los médicos, padres y entrenadores controlar mejor la salud de los atletas, porque practicar deportes es una de las mejores cosas que puede hacer".
La investigación involucró a 40 niños tratados por conmoción cerebral y un grupo de control. Los investigadores observaron la actividad cerebral de los participantes mientras estaban expuestos a estímulos auditivos y pronto descubrieron un patrón distinto en las respuestas auditivas de los niños en el grupo de conmoción cerebral en comparación con el grupo de control.
El equipo colocó tres sencillos sensores en la cabeza de los niños para medir la frecuencia que sigue a la respuesta: la reacción eléctrica automática del cerebro al sonido. Con esta medida, identificaron con éxito al 90 por ciento de los niños con conmociones cerebrales y al 95 por ciento de los niños del grupo de control que no tenían conmociones cerebrales.
Los participantes con conmociones cerebrales tuvieron un promedio de respuesta neuronal 35 por ciento menor al tono, lo que permitió a los científicos diseñar un perfil neuronal de firma confiable. Cuando los niños se recuperaron de sus lesiones en la cabeza, su capacidad para procesar el tono volvió a la normalidad.
“Dar sentido al sonido requiere que el cerebro realice algunos de los trabajos más complejos desde el punto de vista computacional que es capaz de realizar, por lo que no es sorprendente que un golpe en la cabeza interrumpa esta delicada maquinaria”, dijo Kraus.
Lo sorprendente, dijo Kraus, fue la especificidad de los hallazgos. "Esta no es una interrupción global del procesamiento de sonido", dijo. "Es más como bajar una sola perilla en una mesa de mezclas".
Kraus dice que los hallazgos son un primer paso importante hacia su plan final de desarrollar una plataforma confiable, objetiva y fácil de usar para diagnosticar la conmoción cerebral.
"Con este nuevo biomarcador, estamos midiendo el estado predeterminado del cerebro para procesar el sonido y cómo ha cambiado como resultado de una lesión en la cabeza", dijo Kraus. "Esto es algo que los pacientes no pueden informar erróneamente, no se puede fingir o su cerebro funcionará mejor o peor".
La Dra. Cynthia LaBella, directora del Instituto de Medicina Deportiva del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago y profesora de pediatría en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, es socia de Kraus en la investigación.
Los hallazgos se publican en la revista Naturaleza, informes científicos.
Fuente: Universidad Northwestern