Las imágenes cerebrales pueden diagnosticar el autismo en la mayoría de los bebés

La intervención temprana es un factor importante en el tratamiento del autismo. Y aunque las causas biológicas del autismo siguen siendo un misterio, los investigadores han encontrado por primera vez un método que utiliza imágenes que pueden identificar con precisión un signo neurológico de autismo en niños pequeños.

Al escanear la actividad cerebral de los niños dormidos, los científicos descubrieron que los cerebros autistas exhibían una sincronización significativamente más débil entre las áreas del cerebro vinculadas al lenguaje y la comunicación, en comparación con la de los niños no autistas.

"La identificación de los signos biológicos del autismo ha sido un objetivo importante para muchos científicos de todo el mundo, tanto porque pueden permitir un diagnóstico temprano como porque pueden proporcionar a los investigadores pistas importantes sobre las causas y el desarrollo del trastorno", dijo Ilan Dinstein, Ph. .RE.

Históricamente, ser niño ha complicado los esfuerzos de investigación, ya que no se puede esperar que los niños pequeños permanezcan quietos sin moverse dentro de un escáner magnético. A pesar de la hipótesis de que el espectro de los trastornos del autismo se caracteriza por una falta de comunicación entre diferentes partes del cerebro, los investigadores no pudieron probarlo.

Los científicos del Departamento de Neurobiología del Instituto Weizmann descubrieron una solución: estudiar a los niños pequeños que duermen.

Estudios anteriores han demostrado que incluso durante el sueño, el cerebro no se apaga. Más bien, la actividad eléctrica de las células del cerebro cambia a una fluctuación espontánea.

Estas fluctuaciones se coordinan a través de los dos hemisferios del cerebro de modo que cada punto de la izquierda está sincronizado con su punto correspondiente en el hemisferio derecho.

En los niños pequeños autistas que duermen, las imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) mostraron niveles reducidos de sincronización entre las áreas del cerebro izquierdo y derecho que se sabe que están involucradas en el lenguaje y la comunicación.

Este patrón no se observó ni en niños con desarrollo normal ni en aquellos con retraso en el desarrollo del lenguaje que no eran autistas. De hecho, los investigadores encontraron que esta sincronización estaba fuertemente ligada a la capacidad del niño autista para comunicarse: cuanto más débil era la sincronización, más severos eran los síntomas del autismo.

Sorprendentemente, sobre la base de las exploraciones, los científicos pudieron identificar al 70 por ciento de los niños autistas entre las edades de uno y tres años.

Se espera que el nuevo procedimiento avance en la atención del autismo e impulse nuevas formas de investigación e intervención temprana.

Según Dinstein, “esta medida biológica podría ayudar a diagnosticar el autismo en una etapa muy temprana. El objetivo para el futuro cercano es encontrar marcadores adicionales que puedan mejorar la precisión y confiabilidad del diagnóstico ".

Fuente: Instituto de Ciencias Weizmann

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