La negligencia obstaculiza el crecimiento del cerebro en los niños

La negligencia psicológica y física severa produce cambios mensurables en el cerebro de los niños, según un nuevo estudio realizado por investigadores del Boston Children's Hospital.

"Cada vez encontramos más pruebas de que la exposición a la adversidad infantil tiene un efecto negativo en el desarrollo del cerebro", dijo Margaret Sheridan, Ph.D., de los Labs of Cognitive Neuroscience del Boston Children's Hospital.

“Las implicaciones son amplias, no solo para los niños institucionalizados, sino también para los niños expuestos al abuso, el abandono, la violencia durante la guerra, la pobreza extrema y otras adversidades”.

Investigadores dirigidos por Sheridan y Charles Nelson, Ph.D., analizaron resonancias magnéticas cerebrales de niños rumanos en el actual Proyecto de Intervención Temprana de Bucarest (BEIP), que ha transferido a algunos niños criados en orfanatos a hogares de acogida.

Los hallazgos, publicados en el procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias, se suman a estudios anteriores de Nelson y sus colegas que muestran deterioro cognitivo en niños institucionalizados, pero también muestran mejoras cuando los niños son colocados en buenos hogares de acogida.

Los investigadores compararon tres grupos de niños de 8 a 11 años: 29 que habían sido criados en una institución; 25 que fueron seleccionados al azar para dejar la institución por un hogar de acogida de alta calidad; y 20 niños con desarrollo típico que nunca estuvieron en una institución.

Los niños con antecedentes de crianza institucional tenían volúmenes de materia gris significativamente más pequeños en la corteza cerebral que los niños que nunca habían sido institucionalizados, incluso si habían sido colocados en hogares de acogida, anotaron los investigadores.

Los niños que permanecieron en cuidado institucional habían reducido significativamente el volumen de materia blanca en comparación con los que nunca fueron institucionalizados. Para los niños que habían sido colocados en hogares de guarda, el volumen de materia blanca era indistinguible del de los niños que nunca fueron institucionalizados.

Los investigadores señalan que el crecimiento de la materia gris del cerebro alcanza su punto máximo durante momentos específicos de la infancia, lo que indica períodos en los que el entorno puede influir fuertemente en el desarrollo del cerebro.

La materia blanca, que es necesaria para formar conexiones en el cerebro, crece más lentamente con el tiempo, posiblemente haciendo que sea más maleable la intervención de cuidados de crianza, postulan los investigadores.

“Encontramos que la materia blanca, que forma la 'superautopista de la información' del cerebro, muestra alguna evidencia de 'ponerse al día'”, dijo Sheridan. "Estas diferencias en la estructura del cerebro parecen explicar las diferencias observadas anteriormente, pero inexplicables, en la función cerebral".

“Nuestros estudios cognitivos sugieren que puede haber un período sensible que abarque los primeros dos años de vida dentro del cual el inicio del cuidado de crianza ejerce un efecto máximo en el desarrollo cognitivo”, agregó Nelson.

"Cuanto más joven es un niño cuando se le coloca en un hogar de crianza, mejor es el resultado".

Fuente: Children's Hospital Boston

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