¿Está cometiendo un error fundamental en el manejo de su salud?
A menudo, consideramos que nuestra salud mental, física y estilo de vida existen en planos separados, y hay una buena razón para ello. La forma en que cuidamos nuestra salud mental y física y a quién acudimos en busca de ayuda es diferente. El estilo de vida a menudo puede ser una ocurrencia tardía o verse como no relacionado con nuestra salud de ninguna manera sustancial.
Pero, cuando miramos más de cerca, nuestra salud física está ligada a todos los aspectos de nuestra vida.
Tomemos el ejemplo de las enfermedades del corazón. La enfermedad cardíaca es actualmente la principal causa de muerte tanto para hombres como para mujeres en los Estados Unidos. En 2010, se proyectaba que la enfermedad coronaria por sí sola costaría a los Estados Unidos $ 108,9 mil millones.
Este es un problema de salud física por el que acudiríamos a un médico para recibir tratamiento. Según el alcance del problema, el tratamiento puede incluir medicamentos, cirugía u otras intervenciones médicas. En esta época, es probable que su médico le brinde información sobre el estilo de vida, pero tratar la enfermedad con intervención médica es el enfoque principal.
Pero en el caso de las enfermedades cardíacas, la conexión con el estilo de vida y la salud mental es básica. Es un error tratar las enfermedades cardíacas de manera médica, mientras se pasa por alto o subestima el impacto del estilo de vida y la salud mental en el curso de la enfermedad. Según Antonio Puente, PhD, psicólogo que ha trabajado en estrecha colaboración con la Asociación Médica Estadounidense, la psicología está vinculada a todos los problemas relacionados con la salud.
La enfermedad cardíaca, por ejemplo, se ve agravada por las elecciones de estilo de vida, como una dieta rica en grasas saturadas y colesterol, la inactividad física, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol.
La enfermedad cardíaca también se ve afectada por nuestra salud mental. Por ejemplo, los niveles altos de estrés pueden aumentar la presión arterial y crear una tensión adicional en el corazón. La ansiedad y la depresión a menudo disminuyen nuestra adherencia al tratamiento y nos hacen afrontar formas poco saludables, por ejemplo, bebiendo demasiado alcohol o fumando. Los problemas médicos de salud a menudo exacerban los problemas de salud mental. El resultado suele ser una relación recíproca, en la que los problemas de salud física intensifican la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental, lo que resulta en una disminución del cumplimiento del tratamiento, un afrontamiento problemático y más problemas de salud física.
Puente sostiene que los problemas médicos de salud responden bien a las intervenciones conductuales. Los psicólogos tienen la experiencia para ayudar a las personas a cambiar sus estilos de vida poco saludables, afrontar la situación de manera más eficaz y mejorar su salud mental. Eso, junto con el conocimiento de la evidencia científica, puede tener un impacto significativo en cómo prevenir y manejar afecciones como las enfermedades cardíacas.
El error que cometemos con tanta frecuencia cuando acudimos a un médico es pasar por alto las opciones de salud mental y estilo de vida que son fundamentales para nuestros problemas físicos. Tratar los problemas de salud reconociendo el impacto del estilo de vida y la salud mental puede ser un desafío, pero el impacto puede cambiar la vida.