Tres formas de responder a las preguntas de los niños sobre la violencia escolar

La violencia escolar extrema sigue siendo un problema importante en los Estados Unidos. Como tal, las historias sobre violencia escolar son frecuentes en los programas de noticias. No importa cuánto intente un padre, los niños pueden ver y escuchar casos de tiroteos escolares.

Un estudio de mi laboratorio de investigación de hace cuatro años (McDonald, Leahy, et al., 2010) encontró que el 80 por ciento de los niños expuestos a un trauma a menudo preguntan a sus padres sobre ese trauma. Por lo tanto, los padres deben estar equipados para responder estas preguntas de manera útil.

Nuestra investigación ha descubierto tres consejos útiles para guiar sus discusiones sobre los tiroteos y la violencia en las escuelas.

  1. Sea cálido y reconfortante. Su hijo pregunta sobre estas situaciones porque está preocupado y asustado. Se ha encontrado que la calidez de los padres está altamente correlacionada con los resultados del niño. Ver escenas de violencia escolar puede ser algo aterrador para cualquier ser humano, joven o viejo, pero especialmente para los niños. Los niños más pequeños, que casi siempre se ven a sí mismos como el centro del universo, se preguntarán si tal violencia ocurrirá en su escuela. Su hijo pide sentirse protegido, protegido y seguro. La calidez física y emocional son importantes en cualquier discusión de esta naturaleza y son tan importantes como las palabras que se usan para responder preguntas.
  2. Sea receptivo. Tener calor no es suficiente. El contenido de la discusión también importa. Nuestra investigación ha encontrado que muchos padres sienten que están siendo útiles al decirles a sus hijos que "no se preocupen por eso". De hecho, esto puede hacer que su hijo se preocupe más. Una forma más productiva de manejar las preguntas sobre la violencia escolar es responder a cualquier pregunta de manera receptiva, enfocándose en la amenaza percibida que están experimentando los niños (¿me pasará esto a mí? ¿Cómo manejo esto?). Responda la pregunta directamente, en un lenguaje apropiado para su edad diseñado para ayudar a su hijo a sentirse seguro y protegido.
  3. Concéntrese en dos factores: amenaza y culpa. Los niños están preocupados por dos cosas: ¿La gente de mi mundo va a estar bien (amenaza para sí mismo y para mis seres queridos) y yo tuve algo que ver con algún problema que haya ocurrido (autoculparse)? Como tal, cualquier discusión sobre la violencia escolar debe enfocarse en estos dos factores y aliviar cualquier preocupación que los niños puedan sentir. Los niños necesitan saber que las probabilidades de que les sucedan tales cosas son pequeñas, que son amados y cuidados, y que nada malo que puedan hacer podría causar que les sucedan esas cosas indirectamente.

Las conversaciones sobre la violencia escolar pueden ser difíciles. Ningún padre puede asegurarle a su hijo que nunca le pasará nada malo. Sin embargo, es probable que nuestros hijos no sean víctimas de un tiroteo en la escuela o de un evento extremadamente violento. Los padres lo saben, pero los niños tal vez no. El uso de estos tres consejos para guiar las conversaciones sobre la violencia escolar extrema puede ayudar a los padres a transmitir este punto a sus hijos.

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