Salud mental en el ámbito digital
En tiempos de crisis de salud mundial, cuando se nos pide que cerremos nuestras puertas y se nos obliga a aislarnos, nos sentimos profundamente incómodos y desconectados. No tenemos más opción que sentarnos, calentar y revolver nuestros pensamientos y emociones. El único cosa lo que nos mantiene cuerdos, nos ayuda a sentirnos conectados y cuidados y nos permite pasar el día, es el mundo digital. El espacio en línea se reconoce cada vez más como una plataforma para fomentar conversaciones sobre salud mental. Ya sea para notar los síntomas, explorar formas de afrontar la situación o validar la experiencia de una persona, se ha transformado en una herramienta para defender la causa del cuidado del bienestar.
Sin embargo, este no es un fenómeno reciente. Desde la globalización, el desarrollo de Internet ha transformado la forma en que accedemos y compartimos información, nos expresamos e interactuamos con los demás. Somos testigos del surgimiento de la salud mental en el espacio digital. Los terapeutas e investigadores se están moviendo más allá de las paredes de las oficinas para difundir información. Del mismo modo, los partidarios de la salud mental han encontrado un espacio para la promoción; las personas pueden hablar sobre su experiencia de intervenciones terapéuticas y, lo más importante, las personas han descubierto un lugar para comunicar sus luchas, hacer que se escuchen sus voces y se sientan conectadas y apoyadas por otras personas.
Encontrar una voz en línea
Tradicionalmente, el espacio público ha sido un dominio de género ("masculino"), altamente politizado, mientras que las minorías se han identificado en los márgenes (España, 1993). Su supresión y borrado en las narrativas dominantes a través de la discriminación, el acoso y la violencia ha restringido su expresión, movilidad y autonomía. Con el desarrollo del espacio digital y el aumento de la conciencia, las voces marginadas se están reconociendo y representando gradualmente. Al ver las plataformas de redes sociales como una extensión de sí mismas, un medio para la autoexpresión, pueden compartir detalles íntimos de sus identidades e historias (Cerni & Talmund, 2015). Proporcionan una plataforma para que otros practiquen la vulnerabilidad y desentrañen y exploren experiencias, caracterizadas por la vergüenza y el aislamiento, juntos. Esto ha fomentado la conexión, el significado y la pertenencia en el espacio en línea, promovió un entorno de aprendizaje colaborativo y alentó a las comunidades marginadas a ser vistas y escuchadas (Ansari & Khan, 2020; Leevar, 2017).
LGBTQIA, sobrevivientes de abuso y comunidad de discapacitados, por nombrar algunos, han creado espacios seguros en línea para perfeccionar sus narrativas, crear conciencia, disipar mitos y compartir sus dificultades y experiencias para que una audiencia más amplia reflexione sobre ellas. La esperanza es que provoque conversaciones entre familias y pares, con un efecto dominó para transformar el tejido social de las comunidades hacia la inclusión y la solidaridad (Carras et al., 2018).
El paradigma cambiante de la terapia
La desestigmatización, la psicoeducación, el empoderamiento y la defensa de las personas y las comunidades en el espacio en línea han permitido que la salud mental vaya más allá de los contextos clínicos. Las conversaciones sobre salud mental se han convertido en algo común y ahora están abiertas, accesibles y disponibles para muchos. Esto ha cambiado el paradigma de la terapia. Con la intención de brindar información y comprensión a la audiencia general, los profesionales han comenzado a compartir su trabajo públicamente en las plataformas de redes sociales. Ahora se han convertido en parte de una conversación más amplia y brindan a la comunidad herramientas, apoyo y recursos para quienes lo buscan.
Los terapeutas están compartiendo verdades sobre el cuidado del bienestar emocional y mental, describiendo lo que significa ser humano y destacando los matices de los conceptos de autoestima, patrones de apego y límites. Hay valor y responsabilidad en la difusión de información que los terapeutas han tenido el privilegio de aprender. Sería un flaco favor mantener este conocimiento reservado solo para los clientes, cuando tantos pueden y se benefician de tener acceso a él en su propio tiempo, desde donde se encuentren. Abrir estas conversaciones permite a las personas cuidar su salud. Se anima a las personas a explorarse a sí mismas, pensar en temas y conceptos específicos, tener herramientas tangibles para discutir en la terapia y se les proporcionan recursos para la autorreflexión.
Aunque estas plataformas no reemplazan la terapia individualizada, brindan información a las personas que no pueden acceder a la terapia, que están averiguando cómo acceder a la terapia o que están en terapia. Desmitifica la idea de que la terapia es solo para los profundamente angustiados y cambia la narrativa de cómo puede ser el apoyo; cuán accesible, identificable y accesible puede ser la terapia. La capacidad de acceder a información de salud mental de baja barrera en las redes sociales también puede ser especialmente valiosa para las personas de culturas en las que la salud mental se considera un tabú, e introducir la idea de buscar ayuda de una manera suave. Además, las partes de sí mismos que los terapeutas eligen compartir en línea, recuerdan a la audiencia que los terapeutas también son humanos y esto está alterando las diferencias de poder que a menudo impiden que las personas busquen terapia en primer lugar. En general, las personas pueden ver la terapia como una parte valiosa y de apoyo de sus vidas en lugar de aterradora y aislada.
Organizaciones que aprovechan la tecnología para abordar la brecha de tratamiento
Las organizaciones de salud mental también están aprovechando la tecnología para difundir la conciencia, proporcionar servicios y desarrollar la capacidad de las personas y las comunidades. En países con profesionales de la salud mental abismalmente bajos, las organizaciones están abordando tanto el aspecto de la oferta como la demanda de los servicios de salud mental en línea.
Las aplicaciones que rastrean el bienestar mental, los chat-bots de terapia impulsados por inteligencia artificial, el asesoramiento en línea, las campañas de concientización en las redes sociales y los grupos de espacios virtuales seguros brindan alternativas anónimas y asequibles para aquellos que no pueden acceder a las instalaciones convencionales de salud mental o que dudan en hacerlo. Además, a través de cursos en línea, seminarios web y simulaciones, las organizaciones están desarrollando las habilidades y la capacidad de los no especialistas, dentro de las comunidades, como una forma de cerrar la brecha de tratamiento de las condiciones de salud mental en la India. Este enfoque ha permitido que la salud mental se aleje del modelo médico hacia una holístico marco, centrado en el cuidado comunitario y la responsabilidad colectiva.
Limitaciones y preocupaciones
El espacio en línea no puede reemplazar la conexión centrada en el ser humano ni brindar atención personalizada. Ninguna publicación, podcast o video puede capturar la complejidad del ser humano, la esencia de la experiencia de cada individuo o sustituir el valor de una relación terapéutica.
Los límites de las redes sociales generalmente se aclaran a través de avisos legales y recordatorios. Sin embargo, las preocupaciones por el estigma, el ciberacoso, la desinformación, la escasa representación y la irresponsabilidad entre los profesionales (falta de límites profesionales e incapacidad para seguir pautas éticas) continúan amenazando la conversación sobre salud mental en el espacio digital. Por lo tanto, es importante desarrollar la alfabetización digital y ser consciente del uso que se hace de la plataforma (OCDE, 2018). Además, la audiencia puede adaptar su feed para reflejar sus valores e intereses y, junto con los profesionales, practicar la ética, los límites, la integridad y intención.
Pensamientos concluyentes
Hay un cambio público increíblemente inspirador en la forma en que nosotros, como sociedad, pensamos sobre la salud mental y buscamos apoyo para nosotros y los demás. La presencia en línea ha creado un espacio seguro para tener estas conversaciones y, como resultado, ha fomentado conexiones significativas entre personas en todo el mundo. Esta conexión y sanación comunitaria es poderosa e integral durante los momentos difíciles, especialmente aquellos que experimentamos colectivamente juntos. En tiempos de una pandemia mundial, se anima a las personas a explorar con compasión la salud mental en el ámbito digital.
Referencias
Ansari, J. y Khan, N. (2020). Explorando el papel de las redes sociales en el aprendizaje colaborativo el nuevo dominio del aprendizaje. Entornos de aprendizaje inteligentes, 7 (9).
Carras, M. y col. (2018). Videojuegos comerciales como terapia: una nueva agenda de investigación para liberar el potencial de un pasatiempo global. Psiquiatría de frontera. http: //dx.doi. org / 10.3389 / fpsyt.2017.00300.
Cerni, R. T. y Talmud, I. (2015). Saber que no está solo: el efecto del uso de Internet en el capital social de los jóvenes LGBT. Estudios en Medios y Comunicaciones, 9, 161-182.
OCDE. (2018). La salud mental de los niños y los jóvenes en la era digital: moldeando el futuro. Publicaciones de la OCDE. www.oecd.org/els/health-systems/Children-and-Young-People-Mental-Health-in-the-Digital-Age.pdf.
España, D. (1993). Espacios de género y estatus de la mujer. Teoría sociológica, 11 (2). DOI: 10.2307 / 202139.