¿Son menos felices las personas tontas?
El estudio, publicado en la revista Medicina psicologica, proporciona una nueva perspectiva sobre la relación entre el coeficiente intelectual y la felicidad, según investigadores del University College London.
Los investigadores analizaron datos de la Encuesta de morbilidad psiquiátrica de adultos de 2007 en Inglaterra.
Los 6,870 participantes, de 16 años o más, fueron entrevistados sobre su educación, salud, ingresos y vida social. La felicidad se midió en una escala de tres puntos, mientras que el coeficiente intelectual verbal se estimó utilizando la Prueba Nacional de Lectura de Adultos (NART).
El estudio encontró que las personas en el rango de CI más bajo (70-89), que representan alrededor del 15 por ciento de la población del Reino Unido, tienen más probabilidades de estar socialmente desfavorecidas y menos felices en comparación con las personas con un CI más alto. Aquellos con un coeficiente intelectual más bajo también tienen una mayor prevalencia de trastornos mentales comunes y comportamiento suicida, encontraron los investigadores.
"Descubrimos que el coeficiente intelectual está asociado con la felicidad autoinformada, ya que los niveles de felicidad eran más bajos en los grupos de coeficiente intelectual más bajo y más altos en los grupos de coeficiente intelectual más alto", dijo la autora principal, la Dra. Angela Hassiotis. "Esto es particularmente relevante cuando se consideran los debates políticos actuales sobre la felicidad".
“Al observar los datos, vimos que las personas con un coeficiente intelectual más bajo tenían menos probabilidades de ser más felices debido a niveles más altos de desventaja socioeconómica, como ingresos más bajos”, continuó.
"También tienen menos probabilidades de ser felices porque necesitan más ayuda con las habilidades de la vida diaria, tienen una salud más precaria y reportan más síntomas de angustia psicológica".
“Nuestros hallazgos proporcionan evidencia de la necesidad de brindar un mejor apoyo a las personas de este grupo”, agregó Afia Ali, Ph.D., coautora del estudio. "Las intervenciones que reducen estas desigualdades sociales podrían mejorar los niveles de felicidad en personas con un coeficiente intelectual más bajo".
Los investigadores sugieren varios enfoques que podrían usarse. Estos incluyen la promoción de programas que aborden la educación y el desempleo de larga duración; mejorar la salud física mediante la promoción de la salud específica en la atención primaria; y el manejo de la salud mental a través de la detección y el tratamiento proactivos con un enfoque en aquellos con formas más leves de deterioro cognitivo y social.
“También hay alguna evidencia de que las estrategias intensivas a largo plazo dirigidas a niños pequeños de entornos socialmente desfavorecidos pueden tener un impacto positivo no solo en el coeficiente intelectual, sino también en el bienestar y las oportunidades de vida”, dijo Hassiotis.
"Es probable que tales intervenciones sean costosas, pero los costos iniciales pueden compensarse con beneficios futuros, como una menor dependencia de los beneficios estatales y una mejor salud mental y física".
Fuente: University College London