La depresión materna puede afectar el desarrollo infantil

Una nueva investigación encuentra que la depresión entre las mujeres embarazadas puede tener un impacto en el desarrollo de sus bebés.

Los expertos han observado que los hijos de padres deprimidos tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión ellos mismos, presumiblemente una combinación de factores genéticos y ambientales.

Estos niños también presentan alteraciones en la amígdala, una estructura cerebral importante para la regulación de las emociones y el estrés.

La investigación anterior se ha centrado en los niños muchos años después de su nacimiento, dejando preguntas sin respuesta sobre la asociación genética.

Un nuevo estudio del Dr. Anqi Qiu y sus colegas de la Universidad Nacional de Singapur, publicado en la revista Psiquiatría biológica, proporciona respuestas sobre el efecto de la depresión prenatal.

Los investigadores se propusieron realizar un análisis directo de la depresión materna prenatal y la variación en el desarrollo fetal de la región del cerebro llamada amígdala, un área asociada con la formación de la memoria y las emociones.

Para ello, reclutaron a 157 mujeres embarazadas que completaron un cuestionario de depresión durante su semana 26 de embarazo.

Más tarde, dentro de las dos semanas posteriores al nacimiento, los recién nacidos se sometieron a exploraciones de imágenes por resonancia magnética para determinar la estructura de su amígdala y exploraciones de imágenes por tensor de difusión para determinar la integridad del patrón de conexiones neuronales de la amígdala.

El volumen de la amígdala no difirió entre los bebés independientemente del estado de depresión de sus madres. Pero los investigadores encontraron que la microestructura de la amígdala (por ejemplo, su "cableado") era anormal en los bebés nacidos de madres deprimidas.

Este importante hallazgo sugiere que la propensión a la función anormal de la amígdala, una característica de los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad, puede transmitirse de madre a hijo durante la vida fetal.

Este hallazgo sugiere que un historial de depresión materna podría contribuir a un aumento de por vida en la vulnerabilidad a las enfermedades mentales.

Los investigadores creen que este estudio proporciona evidencia adicional que respalda la noción de que los exámenes de salud mental deben incluirse entre las evaluaciones médicas a las que se someten las mujeres cuando descubren que están embarazadas.

De hecho, los autores concluyen que "las intervenciones dirigidas a la depresión materna deben comenzar al principio del embarazo".

“La atención a la salud materna durante el embarazo es una prioridad extremadamente alta para la sociedad por muchas razones”, agregó el Dr. John Krystal, editor de Psiquiatría biológica.

“La idea de que la depresión materna pueda influir en el desarrollo cerebral de sus bebés es muy preocupante.

"La buena noticia es que este riesgo podría reducirse mediante la detección sistemática de la depresión en mujeres embarazadas y el inicio de un tratamiento eficaz".

Fuente: Elsevier

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