¿Puede la depresión detener el odio?
Dirigidos por el profesor Jianfeng Feng, los investigadores utilizaron escáneres de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para escanear la actividad cerebral en 39 personas deprimidas y 37 sujetos de control que no estaban deprimidos.
Los investigadores encontraron que las imágenes por resonancia magnética funcional revelaron diferencias significativas en los circuitos cerebrales de los dos grupos. La mayor diferencia observada en los pacientes deprimidos fue el desacoplamiento del llamado “circuito del odio” que involucra la circunvolución frontal superior, la ínsula y el putamen. Otros cambios importantes ocurrieron en los circuitos relacionados con las respuestas al riesgo y la acción, la recompensa y la emoción, la atención y el procesamiento de la memoria.
El circuito del odio fue identificado claramente por primera vez en 2008 por el profesor Semir Zeki del University College London, quien descubrió que un circuito que parecía conectar tres regiones del cerebro (la circunvolución frontal superior, la ínsula y el putamen) cuando a los sujetos de prueba se les mostraban imágenes de personas ellos odiaban.
La nueva investigación dirigida por la Universidad de Warwick encontró que en un número significativo de sujetos de prueba deprimidos que examinaron por fMRI, el circuito de odio se había desacoplado. Esas personas deprimidas también parecían haber experimentado otras alteraciones importantes en los circuitos cerebrales asociados con el riesgo y la acción, la recompensa y la emoción, y el procesamiento de la atención y la memoria. Los investigadores encontraron que en los sujetos deprimidos:
- Los circuitos de odio tenían un 92 por ciento de probabilidades de estar desacoplados.
- El circuito riesgo / acción tenía un 92% de probabilidades de estar desacoplado.
- El circuito de emoción / recompensa tenía un 82 por ciento de probabilidades de estar desacoplado
Feng dijo que "los resultados son claros, pero a primera vista son desconcertantes, ya que sabemos que la depresión a menudo se caracteriza por un intenso odio hacia uno mismo y no hay indicios obvios de que los depresivos sean menos propensos a odiar a los demás".
“Una posibilidad es que el desacoplamiento de este circuito de odio podría estar asociado con una capacidad deteriorada para controlar y aprender de situaciones sociales o de otro tipo que provocan sentimientos de odio hacia uno mismo o hacia los demás. Esto, a su vez, podría conducir a una incapacidad para lidiar adecuadamente con los sentimientos de odio y una mayor probabilidad tanto de autodesprecio incontrolado como de alejamiento de las interacciones sociales.
"Puede ser que esta sea una indicación neurológica que es más normal tener la ocasión de odiar a los demás en lugar de odiarnos a nosotros mismos".
El estudio, titulado "La depresión desacopla el circuito del odio cerebral", se publicó el 4 de octubre de 2011 en la revista Psiquiatría molecular.
Fuente: Universidad de Warwick