6 formas de mejorar tu audición

Todos queremos ser escuchados, ¿verdad? Tenemos un deseo humano de ser vistos y comprendidos. Pero, ¿cuán hábiles somos para ampliar la capacidad de escuchar a los demás?

Aquí hay seis formas de mejorar sus habilidades auditivas.

Estar

Escuchar requiere estar en el momento. Cuando alguien esté expresando un sentimiento o pensamiento, trate de permanecer presente en su cuerpo y corazón. Esto hace que sea más fácil registrar sus sentimientos y captar sus significados. La empatía significa notar cómo otra persona está experimentando algo.

Fíjate si te distrae algo de lo siguiente:

  • ¿Estás en tu cabeza preparando tu respuesta?
  • ¿Estás ansioso por demostrar que están equivocados o que no estás de acuerdo?
  • ¿Estás emocionalmente activado por lo que están diciendo, lo que hace que sea más difícil escuchar con calma y abiertamente?

Estas distracciones son una parte natural del ser humano. Pero podemos practicar el ser conscientes de cuándo nos secuestran la atención. Esta conciencia gentil puede llevarnos de regreso a estar presentes para escuchar las preocupaciones y preocupaciones de alguien.

Cuidado

En medio de las presiones y demandas de la vida moderna, nuestro cuidado por amigos y seres queridos puede pasar a un segundo plano. Las relaciones prosperan cuando realmente nos preocupamos por los sentimientos del otro.

El sentir cariño se erosiona cuando el resentimiento y el dolor acumulados han creado un muro de distancia. Preocuparse por los demás va de la mano con cuidarnos a nosotros mismos emocionalmente. Creamos un clima de cuidado mutuo cuando estamos dispuestos a procesar y comunicar nuestros sentimientos importantes. Esto nos permite despejar el aire y revivir nuestro cuidado activo por una persona.

Escuchar es más fácil ya que escuchamos los sentimientos de los demás antes de que una acumulación emocional interrumpa la confianza y la conexión. La terapia de pareja puede ayudar a que las parejas se escuchen de una manera más profunda.

Escuchar con un corazón bondadoso es quizás el regalo más preciado que podemos ofrecer a otra persona.

Respirar

Es fácil olvidar respirar profunda y libremente cuando nos sentimos agitados o estresados. Respirar a menudo calma nuestro sistema nervioso para que estemos más presentes y podamos escuchar mejor.

Hay una buena razón para recordarnos a nosotros mismos que debemos practicar la respiración consciente incluso cuando no estamos agitados. La respiración consciente nos saca de la cabeza y nos lleva al cuerpo, que es un buen lugar para residir cuando escuchamos. Cuando nos distraen pensamientos sobre el pasado o el futuro, ya no estamos presentes, ya no podemos escuchar profunda y empáticamente.

Tranquilízate

Cuando estamos tranquilos y tranquilos por dentro, tenemos más espacio para escucharnos, tenemos una mayor capacidad de preocuparnos. Respirar es una forma de calmarnos. Otra forma es prestar atención a lo que sentimos mientras escuchamos.

¿Nos sentimos tristes cuando escuchamos sobre el dolor o la lucha de otra persona? ¿Podemos dejar espacio para esa tristeza y estar con ella de una manera suave? ¿Nos estamos poniendo a la defensiva? ¿Nos estamos imponiendo una exigencia para ofrecer buenos consejos o solucionar el problema de alguien? Somos más capaces de escuchar mientras encontramos formas de calmarnos mientras atendemos al mundo interior de otra persona.

Calmarnos a nosotros mismos también podría significar recordarnos el poder de escuchar. Nuestro trabajo no es solucionar su problema, sino más bien extender nuestro corazón y nuestro cariño. Cuando las personas se sienten escuchadas, se sienten menos solas. Entonces sienten más recursos internos para encontrar el camino a seguir.

Transmita su comprensión

Hágale saber a la gente que los está escuchando y comprendiendo. Puede hacer esto de manera no verbal a través de sus ojos amables, asintiendo con la cabeza o pronunciando algunos sonidos afirmativos. O bien, puede decirles verbalmente que lo comprende y que aprecia que confíen en usted con sus sentimientos vulnerables.

Más que nuestras palabras, la gente registra nuestra presencia. Si escuchamos con un corazón cariñoso, que no avergüenza y que no juzga, la gente a menudo siente esto y aprecia nuestro don de escuchar.

Escucharte a ti mismo

Escúchate a ti mismo mientras escuchas a los demás. Sea consciente de lo que surge en su interior mientras los atiende. Ser amable y bondadoso contigo mismo profundiza tu capacidad para ofrecer el precioso regalo de escuchar a los demás. Darse cuenta y mantener sus propios sentimientos de una manera amable y cariñosa proporciona una base para la conexión y la intimidad.

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