4 pasos rápidos para la calma que se merece

Soy una persona muy sensible (PAS) que pasa a lidiar con mucha ansiedad. Esta ansiedad puede variar desde toda su fuerza hasta levemente desencadenada. Cuando tantas cosas me afectan como PAS, a veces siento que no tengo poder ni control. Me siento impotente. Siento que mi bienestar está en manos de todos menos de mí.

Cuando estoy rodeado de otras personas, lo que siento está en sus manos. Cuando entro en ciertos entornos, eso lo controla. Incluso cuando estoy solo y mi sistema nervioso se dispara sin ningún motivo, mi bienestar está en manos de mi mente acelerada que me dice que no estoy a salvo.

Cuando siento que no tengo control sobre mi cuerpo físico o mi estado mental, puede ser muy abrumador y producir ansiedad. Entonces se trata de pasar de un lugar desamparado a un lugar de esperanza, un lugar donde el conocimiento de la situación y la fe en mí mismo son cruciales para sacarme de mi estado nervioso y llevarme a uno tranquilo y pacífico.

¿Cómo te disparan?

Cuando se activa nuestro sistema nervioso, una parte de nuestro cerebro llamada amígdala está trabajando para detectar posibles amenazas. Para la persona altamente sensible, la posible amenaza no es un tigre gigante que se lanza hacia nosotros, o una entrevista inesperada con el jefe. En el cerebro de una persona muy sensible, puede ser un ruido alarmante, una sensación corporal extraña o la energía de una habitación lo que nos puede provocar. Podría ser cualquier cosa, pero para el cerebro, las amenazas son todas iguales. Después de que la amígdala detecta una amenaza, se libera una cascada de hormonas en nuestro cuerpo. Estas hormonas del estrés incluyen cortisol y adrenalina.

Según un artículo de Harvard Business Review, este es el punto en el que podemos aprender a recuperar nuestro poder. Hay cuatro pasos que podemos tomar para calmar el sistema nervioso y controlar sus efectos en nuestra mente y cuerpo.

  1. Quédate en el momento. Cuando nos disparamos, es importante recordar solo eso: nos disparamos. Un sistema nervioso excitado puede hacer que nuestra mente se acelere con pensamientos indeseables. Podemos pensar, "no esto otra vez". Nuestros pensamientos pueden pasar de problemas potenciales a creencias limitantes sobre nuestra capacidad para manejar la situación de manera efectiva. Independientemente de lo que le diga la mente, por muy fuerte que sea el sentimiento de abstinencia, trate de permanecer en el momento presente. Ser capaz de hacer esto facilita el siguiente paso.
  2. Practica ser un testigo. Practicar una mentalidad de testigo es esencialmente ser un testigo de lo que están haciendo el cuerpo y la mente. Estás observando todo con una actitud neutral, sin juzgar. Sea consciente de lo que su mente está tratando de convencerle. Independientemente de cómo notes que cambian tus sensaciones corporales, solo obsérvalas.

    Cuando somos testigos de nosotros mismos, dejamos ir la historia. Estamos reconociendo nuestras emociones primarias, pero no agregando emociones secundarias a la mezcla. Las emociones secundarias añaden leña al fuego al hacer bolas de nieve con efectos originales. Incluyen sentirse enojado o avergonzado de haber sido provocados en primer lugar, o agregan más miedo al crear problemas que no existen. Ser testigo elimina emociones secundarias, así como la historia que nos contamos sobre lo que estamos viviendo y cómo nos afectará.

  3. Sintonícese con el cuerpo. A medida que nos enfocamos en el cuerpo, podemos notar y aceptar todo lo que estamos sintiendo. Las sensaciones, por muy incómodas que sean, se reconocen y se dejan en paz. No intentamos cambiarlos.

    Observe los diferentes lugares de su cuerpo que se contraen, duelen, se sienten raros o raros. Note los cambios o cambios en la energía. Cuando no intentamos cambiar estas sensaciones, estamos construyendo conscientemente nuestra tolerancia a los sentimientos y emociones indeseables. Aumentar esta tolerancia es un mecanismo de afrontamiento muy eficaz para el miedo, la ansiedad y el agobio emocional. Aceptar las sensaciones y emociones del cuerpo es la forma más eficaz de liberarlas rápidamente y verlas desaparecer.

  4. Concéntrate en la respiración. Todos hemos escuchado esto antes, pero es cierto. La respiración adecuada puede cambiarlo todo. Hay una razón por la que los yoguis utilizan el trabajo de respiración para la iluminación. La respiración cambia nuestro estado de conciencia. En otras palabras, la respiración puede restaurar rápidamente el cuerpo a un estado pre-activado. También puede ayudar a prevenir más desencadenantes del sistema nervioso en el futuro.

    Cuando nos concentramos en la respiración, nos aseguramos de que nuestra inhalación coincida con nuestra exhalación. La cantidad de aire que inhalamos es la misma que exhalamos. También nos aseguramos de que la respiración llegue al fondo del vientre. Esto puede resultar difícil al principio, pero siga respirando y la respiración irá bajando lentamente. Probablemente surjan pensamientos. Nótelos y luego vuelva a concentrarse en la respiración. Esta respiración probablemente será el final de la respuesta de emergencia que recorre su cuerpo.

Conocer estos pasos a seguir después de que su sistema nervioso se haya activado puede cambiar las reglas del juego. No será fácil al principio; como todo, la práctica es muy útil. Pero una vez que lo domine, ya no se sentirá fuera de control. Su confianza aumentará, su miedo y ansiedad disminuirán, y su nueva sensación de seguridad le ayudará a garantizar la paz interior que siempre ha deseado.

Referencia

Diane Musho Hamilton (22 de diciembre de 2015). Calmar su cerebro durante un conflicto. Obtenido de https://hbr.org/2015/12/calming-your-brain-during-conflict

!-- GDPR -->