Tus sueños son tuyos y traen tanto advertencias como regalos

"Dejar ir el pasado significa que puedes disfrutar del sueño que está sucediendo en este momento".

- Don Miguel Ruiz

Crecí en una pequeña granja de ganado en la pequeña ciudad agrícola de Savannah, Missouri, con mi abuelo y mis bisabuelos.

Mi bisabuela solía sentarse afuera en el porche trasero y ensartar judías verdes o pelar manzanas cuando el clima era templado, con un paño de cocina gastado sobre la rodilla y un antiguo cuchillo de cocina moviéndose con práctica facilidad. Cuando era muy pequeña, a menudo me sentaba con ella, la miraba y, a veces, hablábamos.

Una noche compartimos una conversación que llegaría a influir en mí por el resto de mi vida, aunque en ese momento no me di cuenta.

Le pregunté si alguna vez había tenido algo que siempre había querido hacer; ¿un sueño? Ella sonrió y dejó su trabajo, se reclinó y miró al otro lado de la granja por un momento, perdida en sus pensamientos.

Dijo que siempre había querido ver el océano, visitar Hawái y ver la Torre Eiffel. Ella solo había visto estas cosas en imágenes y en televisión, y eran hermosas para ella. Pero sus familiares y amigos la regañaron por tener esas ideas y la alentaron a dejar de lado esas cosas que nunca sucederían.

Entonces ella lo hizo.

En cambio, se casó, crió a dos hijos, se ocupó de la granja junto con su esposo y preparó todas las comidas sin quejarse. Ella empacó mis almuerzos, me llevó a la escuela todos los días, cosió mis vestidos y disfraces de Halloween desde cero y me hizo pasteles de canela.

Pagó todas las cuentas a tiempo, hizo las compras, ayudó a su comunidad en todo lo que pudo y fue una muy buena esposa, madre, abuela y bisabuela.

En su funeral la iglesia se desbordó; todos los asientos estaban ocupados por vidas que ella había tocado, más se pararon en el vestíbulo y fueron forzados a salir a la acera. Dio tanto en su vida sin pedir nada a cambio. Era una mujer increíble, pero sabía que nunca olvidó su sueño.

Esa tarde que pasé sentada con mi bisabuela, mirándola hablar con tanta calidez y tristeza, se me quedó grabado.

A medida que crecía, le di vueltas a la historia en mi cabeza como una moneda porque instintivamente sabía que su lección tenía dos caras, pero solo estaba viendo una. Después de muchos años de inspección, encontré la dualidad que contenía su historia: una advertencia y un regalo.

La advertencia: tome la decisión de no dejar que otros dicten sus sueños o metas.

Tus sueños son tuyos, no importa cuán simples, pequeños, grandes o complicados sean, y tienes derecho a perseguirlos en cualquier momento de tu vida, por cualquier motivo.

No cedas al miedo o la incertidumbre, no dudes de ti mismo, no preguntes “¿Por qué? ¿Por qué es esto tan importante para mí? " Tus sueños son tuyos y solo tuyos, nadie te los puede quitar y nunca debes renunciar a ellos.

El regalo: toma la decisión de encontrar la felicidad en tu camino actual.

A veces, por alguna razón, elegimos alejarnos de lo que nuestro corazón quiere. Tal vez tomamos la decisión por necesidad, tal vez no tenemos realmente una opción en el asunto, tal vez no nos dimos cuenta de lo que queríamos hasta que fue demasiado tarde, tal vez no queríamos parecer "raros" a nuestros amigos.

Pero la vida siempre encontrará la manera de darte felicidad, así que sé valiente y mantente abierto para recibir la alegría que la vida está tratando de darte.

Mi bisabuela nunca se dio permiso para ir a hacer lo que siempre había querido hacer, incluso cuando tenía el tiempo y el dinero para hacerlo. Pero decidió nunca estar resentida con sus elecciones, sino que eligió encontrar un nuevo significado y satisfacción en su situación. Esto le dio la capacidad de superar su dolor y pérdida para convertirse en una persona verdaderamente realizada.

Tenga la fuerza para alcanzar los sueños que cree que están fuera de su alcance mientras se permite encontrar la paz cuando no sigue a su corazón. Aprenda a tener éxito cuando otros predicen que fracasará y a reír cuando tropiece o se pierda.

Tus sueños y tu vida son tuyos; nunca olvides eso.

Este artículo es cortesía de Tiny Buddha.

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