Dos formas de poner freno a su ansiedad

Nuestro instinto humano es reaccionar y retroceder cuando sentimos dolor e incomodidad. Cuando luchamos con la ansiedad, esos sentimientos se magnifican. Nuestra respuesta inherente es tratar de deshacernos de los sentimientos y sensaciones desagradables de inmediato. pero de verdad funciona?

Ésta es una pregunta importante, y ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso) enseña que luchar contra la incomodidad puede empeorar la situación. Los proveedores de salud mental que practican ACT a menudo usan la metáfora de las arenas movedizas y la reacción que naturalmente tendríamos si alguna vez nos viéramos atrapados en ella. Aunque sabemos que las cosas empeoran cuando entramos en pánico y tratamos de salir rápidamente, nuestros mecanismos de supervivencia nos dicen lo contrario.

Tratar de salir de arenas movedizas es contradictorio. El primer consejo que dan los expertos en actividades al aire libre es no entrar en pánico o hacer movimientos frenéticos. Se nos enseña a mover lentamente nuestro cuerpo hasta que podamos acostarnos boca arriba. Una vez que la mayor parte de nuestro cuerpo está en la superficie, podemos intentar flotar y rodar hacia tierra firme.

La forma en que debemos responder a los momentos de ansiedad según ACT también puede parecer ilógica. Se necesita tiempo para comprender cómo ser flexibles con nuestros pensamientos y el dolor emocional que los acompaña. Nuestra tendencia natural es reaccionar en defensa, pero quizás valga la pena intentar ver nuestra ansiedad con un par de ojos diferente.

Piense en lo que sucedería si le pidiéramos a un cirujano que extraiga nuestras estructuras cerebrales que ponen en marcha la respuesta de lucha o huida. Simplemente no viviríamos mucho. Esta respuesta es parte de lo que somos como criaturas mortales. No hay forma de que podamos deshacernos de él. Necesitamos nuestro "sistema de alarma" para sobrevivir a este universo amenazador. Sin embargo, en lugar de tener que luchar contra serpientes, tigres y mamuts, luchamos contra el estrés creado por nuestro mundo desafiante y ocupado. Cuando las personas experimentan ansiedad, su respuesta de lucha o huida es una reacción continua en sus vidas.

Experimentar inquietud, fatiga, tensión muscular, palpitaciones y dificultad para respirar, por nombrar algunos síntomas de ansiedad, no es algo que queramos encontrar de manera regular. Sin embargo, cuando resistimos estas sensaciones, nuestro "sistema de alarma" puede detectar que no está haciendo su trabajo. Continúa bombeando sangre y hormonas del estrés para defendernos del enemigo. Cuando esto sucede, ¡ciertamente puede sentirse como si estuviéramos en arenas movedizas!

En lugar de seguir su reacción instintiva, considere estas dos sugerencias:

Ve más despacio
Es más fácil decirlo que hacerlo, pero ¿ha notado lo que sucede cuando siente mucha ansiedad? Alguien puede recomendarle que se relaje y respire lenta y profundamente. Sigues sus consejos, pero luego tu mente puede decirte que lo hagas más rápido. La mente, la asombrosa máquina de resolución de problemas, quiere ayudarte. Entonces te dice: "¡Cuanto más rápido respires, más rápido se desvanecerán estos sentimientos y sensaciones!" Tiene sentido, ¿no? Ese es el trabajo de la mente, pero sabes que su advertencia es contraproducente cuando comienzas a hiperventilar y te vuelves aún más ansioso.

Recuerde, las sensaciones que siente a medida que aumenta la ansiedad son una indicación de que su sistema nervioso está funcionando bien. De hecho, está trabajando horas extras. En lugar de tratar de deshacerse de las sensaciones, observe cómo su maravillosa mente actúa tan rápidamente para protegerse del daño. Escanee gradualmente su cuerpo y detecte cómo responde cada parte de él. Al hacer esto, recuerde observar sus pensamientos y volver a concentrarse lentamente.

Tómese el tiempo para inhalar y exhalar incluso cuando su "motor de pensamiento" le indique que haga lo contrario. Elija un ancla en la que centrarse. Por ejemplo, simplemente observe el aire que entra y sale de su nariz. Es posible que desee dirigir su atención a la temperatura del aire al inhalar y exhalar, o sentir cómo su abdomen se expande y contrae.

Recuerde, su máquina de producir pensamientos tratará de entrenarlo y producir pensamientos que pueden no ser útiles en el momento. Reconozca lo que dice y vuelva suavemente al ancla que ha elegido.

Ser curioso
Elige mirar tu cuerpo con interés. Observe lo que sucede cuando inhala y exhala lentamente. Examine con curiosidad los resultados de no reaccionar al increíble motor de resolución de problemas como lo haría normalmente. Preste especial atención a los pequeños detalles de las cosas y las personas que le rodean. ¿Puedes distinguir claramente los sonidos en la habitación? ¿Alguna vez te has preguntado cómo funciona tu sentido del olfato durante una situación estresante? ¿Cómo reacciona su cuerpo a las superficies que toca durante los momentos de ansiedad?

Hágase esta pregunta: ¿Qué sucede cada vez que escucho mi mente y trato de salir de ella frenéticamente? Considere su respuesta en serio. Trate de ver la ansiedad bajo una luz diferente. Arriésguese y esté dispuesto a responder de manera diferente. Recuerde que manejar la ansiedad es contradictorio.

Descubra lo que puede suceder si sigue los consejos de un profesional. Los expertos en actividades al aire libre han proporcionado los pasos adecuados a seguir cuando se encuentran atrapados en arenas movedizas. Lo más probable es que nuestra máquina pensante quiera que sigamos nuestra intuición innata para salir de ella tan pronto como podamos. Dependerá de nosotros seguir el consejo de un experto, si alguna vez lo necesitamos. Lo mismo ocurre con la ansiedad. ¿Seguirá sus instintos de supervivencia o los consejos de los investigadores que han estudiado este trastorno y han encontrado lo que proporciona resultados duraderos?

Hay otros pasos, pero comience con estos y vea qué sucede. Se necesita práctica, tiempo y paciencia para dominar nuevas habilidades. Recuerde que aprender a manejar la ansiedad es un proceso. Puede optar por reducir la velocidad y volverse inquisitivo. Mientras lo hace, encontrará que tiene más tiempo para vivir una vida centrada en valores en lugar de una vida centrada en la ansiedad.

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