Un viaje reticente: probar la terapia incluso cuando no lo desee
Pat no creía en la terapia. Era el tipo de persona que creía en levantarse por sus propios medios.Además, no tenía tiempo para terapia. Tarda tanto. Y tenía tantas cosas importantes que atender. ¡Qué pérdida de tiempo sería seguir hablando de cosas que sucedieron en el pasado!
¿Y con qué propósito?
Y, sin embargo, Pat había comenzado a sentir que una vida diferente lo esperaba al otro lado de la pared. ¿Qué pared? Realmente no lo sabía. Solo sabía que la vida ya no le funcionaba más. En lo que debería haber sido el apogeo de su éxito, Pat temía levantarse por la mañana. Todo parecía tan pesado. Sin propósito. Sin alegría.
Finalmente, para apaciguar a su esposa, consintió en intentar una sesión o dos.
Para su propia sorpresa, una horda de resentimientos salió divagando de él sin ningún estímulo. “No sabes lo que es crecer con un padre que nunca dijo nada positivo sobre ti en toda su vida. Siempre derribándome. Asegurándome que no valdría nada. Ridiculizando mis sueños para el futuro. Un suministro interminable de desaprobación. Ese era mi padre.
"Y mi madre. No mucho mejor. Esa mirada en su rostro me dijo que todo lo malo que pasó fue mi culpa. Incluso cuando todavía no había descubierto cómo.
“Bueno, les mostré. Tuve éxito, más allá de mis sueños más locos y ciertamente más allá de los de ellos. Ahora la vida debería ser buena. Y a veces lo es. Pero en las horas tranquilas de la noche, cuando estoy solo con mis propios pensamientos, todavía me siento como ese niño que no está a la altura. Después de todos estos años, ¿va a cambiar eso alguna vez? "
Vaya, eso fue un comienzo. Pat no se andaba con rodeos. Fue directo al grano de inmediato.
Avancemos ahora un año:
“Sé que no creía en la terapia. Pero debo admitir que la terapia creyó en mí. Ha sido una gran búsqueda encontrar mi propia verdad. Siempre estuve luchando contra la verdad de mis padres, pero nunca me tomé el tiempo para encontrar la mía ".
El viaje de Pat continuó durante otro año en el que (en sus palabras) pasó "de la ignorancia al conocimiento, del resentimiento a la aceptación, del caos a la claridad". Comenzó como un viaje reacio, pero terminó como un viaje alegre.
¿Cómo lo hace la terapia? No existe una fórmula sencilla. Pero en el mejor de los casos, la terapia es una guía esencial para desarrollar un yo más auténtico. Mientras explora con seguridad sus sentimientos, pensamientos y comportamiento en un entorno de apoyo y sin prejuicios, el escenario está listo para que suceda la magia.
Si se ha vuelto tan “adulto” que ya no cree en la magia, mire a su alrededor. Contempla la magia de la naturaleza. Regocíjese con la magia del color. Celebre la magia del crecimiento. Esté abierto a descubrir adónde lo llevará su propia magia.