Los tiempos difíciles generan resiliencia en la salud mental

La investigación científica emergente sugiere que enfrentar eventos adversos de la vida mejora nuestra capacidad para adaptarnos y manejar eventos futuros.

El hallazgo apoya el viejo adagio de que lo que no nos mata, nos hace más fuertes.

El nuevo estudio longitudinal nacional de varios años sobre los efectos de los eventos adversos de la vida en la salud mental descubrió que las experiencias parecen fomentar la adaptabilidad y la resiliencia.

Como tal, una persona puede manejar problemas de salud mental en el futuro y poseer un fuerte sentido de bienestar.

El nuevo estudio examinó una muestra nacional de personas que informaron sobre su historial de experiencias adversas durante su vida y varias medidas de salud mental y bienestar actuales.

Mark Seery, autor principal del estudio, dice que investigaciones anteriores indican que la exposición a eventos adversos de la vida típicamente predice efectos negativos en la salud mental y el bienestar, de modo que más adversidad predice peores resultados.

Pero en este estudio de un panel de encuesta nacional de 2,398 sujetos evaluados repetidamente entre 2001 y 2004, Seery y los co-investigadores encontraron que aquellos expuestos a algunos eventos adversos reportaron mejores resultados de salud mental y bienestar que las personas con un alto historial de adversidad o aquellos sin historia de adversidad.

“Probamos las relaciones cuadráticas entre la adversidad de toda la vida y una variedad de medidas longitudinales de salud mental y bienestar, incluida la angustia global, el deterioro funcional, los síntomas de estrés postraumático y la satisfacción con la vida”, dice Seery.

“De acuerdo con investigaciones previas sobre el impacto de la adversidad, surgieron efectos lineales en nuestros resultados, de modo que más adversidad de por vida se asoció con mayor angustia global, deterioro funcional y síntomas de PTS, así como menor satisfacción con la vida.

“Sin embargo”, dice Seery, “nuestros resultados también arrojaron patrones cuadráticos en forma de U, lo que demuestra una calificación crítica para la relación aparentemente simple entre la adversidad de la vida y los resultados.

"Nuestros hallazgos revelaron", dice, "que un historial de adversidad en la vida, en relación tanto con la ausencia de adversidad como con la adversidad alta, predijo una menor angustia global, menor deterioro funcional, menores síntomas de PTS y mayor satisfacción con la vida".

El equipo también encontró que, a través de estas mismas medidas de resultado longitudinales, las personas con antecedentes de alguna adversidad en su vida parecían menos afectadas negativamente por eventos adversos recientes que otras personas.

Aunque estos datos no pueden establecer la causalidad, Seery dice que la evidencia es consistente con la proposición de que, con moderación, experimentar adversidades de por vida puede contribuir al desarrollo de la resiliencia.

“Aunque estudiamos las principales adversidades de la vida”, dice, “hay razones para creer que otras experiencias relativamente mundanas también deberían contribuir a la resiliencia.

“Esto sugiere que las intervenciones psicoterapéuticas cuidadosamente diseñadas también pueden hacerlo, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer para comprender completamente la resiliencia y de dónde proviene”.

El estudio, "Whatever Does Not Kill Us: Cumulative Lifetime Adversity, Vulnerability and Resilience", que se publicará en el próximo número de la Revista de personalidad y psicología social.

Fuente: Universidad de Buffalo

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