El tratamiento con enzimas para fumar destruye la nicotina antes de que llegue al cerebro

Los investigadores han estado explorando una enzima bacteriana que podría usarse como tratamiento farmacológico para ayudar a las personas a dejar de fumar.

La idea detrás de esta terapia enzimática sería buscar y destruir la nicotina antes de que llegue al cerebro, privando a la persona de la "recompensa" de la nicotina que puede desencadenar una recaída en el hábito de fumar.

"Nuestra investigación se encuentra en la fase inicial del proceso de desarrollo de fármacos, pero el estudio nos dice que la enzima tiene las propiedades adecuadas para convertirse eventualmente en una terapéutica exitosa", dijo el Dr. Kim Janda, profesor de química de Ely R. Callaway Jr. y miembro del Instituto Skaggs de Biología Química en el Instituto de Investigación Scripps (TSRI).

El nuevo estudio, publicado en la Revista de la Sociedad Química Estadounidense, ofrece una posible alternativa a las ayudas actuales para dejar de fumar, que se ha demostrado que fallan en al menos el 80 al 90 por ciento de los fumadores.

Durante más de 30 años, Janda y sus colegas han luchado para crear una enzima de este tipo en el laboratorio, pero recientemente se encontraron con una enzima potencial que se encuentra en la naturaleza: la NicA2 de la bacteria conocida como Pseudomonas putida. Esta bacteria, originalmente aislada del suelo en un campo de tabaco, consume nicotina como única fuente de carbono y nitrógeno.

“La bacteria es como un pequeño Pac-Man”, dijo Janda. "Va bien y come nicotina".

Los investigadores comenzaron a probar la utilidad potencial de la enzima como terapéutica. Primero combinaron suero (un componente de la sangre) de ratones con una dosis de nicotina equivalente a un cigarrillo. Cuando agregaron la enzima, la vida media de la nicotina se redujo de dos a tres horas a solo de 9 a 15 minutos.

Janda dijo que una dosis más alta de la enzima, con algunas modificaciones químicas, podría reducir aún más la vida media de la nicotina y evitar que llegue al cerebro.

Luego, los investigadores sometieron la enzima a una batería de pruebas para determinar su viabilidad como candidato a fármaco. “Era una posibilidad remota”, dijo Janda. "Si no tuviera las métricas correctas, sería un fracaso".

Los resultados han sido prometedores. La enzima se mantuvo estable en el laboratorio durante más de tres semanas a 98 grados Fahrenheit, lo que Janda admitió que era "bastante notable". Es importante destacar que los investigadores no detectaron metabolitos tóxicos producidos cuando la enzima consumía nicotina.

"La enzima también es relativamente estable en suero, lo cual es importante para un candidato terapéutico", dijo Song Xue, estudiante de posgrado de TSRI y primer autor del nuevo estudio.

El siguiente paso es alterar la composición bacteriana de la enzima, dice Janda, lo que ayudará a mitigar las posibles responsabilidades inmunitarias y aumentará su potencial terapéutico.

"Ojalá podamos mejorar su estabilidad sérica con nuestros estudios futuros para que una sola inyección pueda durar hasta un mes", añadió Xue.

Fuente: Instituto de Investigación Scripps

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