La retroalimentación visual reduce el dolor

Un nuevo estudio de investigación sugiere que el simple hecho de mirar su cuerpo reduce el dolor.

Científicos del University College London y la Universidad de Milano-Bicocca, Italia, informan que ver su mano reduce el dolor experimentado cuando un objeto caliente toca la piel.

Además, el nivel de dolor depende del tamaño de la mano: cuanto más grande sea la mano, mayor será el efecto de reducción del dolor.

"La imagen que el cerebro forma de nuestro propio cuerpo tiene un fuerte efecto sobre el nivel de dolor experimentado", señaló Flavia Mancini, autora principal del estudio. "Además, la forma en que se representa el cuerpo influye en el nivel de dolor experimentado".

Durante el experimento, a 18 participantes se les colocó una sonda de calor en su mano izquierda. La temperatura de la sonda se incrementó gradualmente y los participantes detuvieron el calor presionando un pedal tan pronto como comenzaron a sentir dolor.

Los científicos utilizaron un juego de espejos para manipular lo que vieron los participantes durante el experimento. Los participantes siempre miraban hacia su mano izquierda, pero veían su propia mano o un objeto de madera que aparecía en la ubicación de la mano.

El equipo descubrió que simplemente ver la mano reducía los niveles de dolor: el umbral del dolor era aproximadamente 3 ° C más alto cuando se miraba la mano, en comparación con cuando se miraba a otro objeto.

A continuación, el equipo utilizó espejos cóncavos y convexos para mostrar la mano agrandada o reducida. Cuando la mano se vio agrandada, los participantes toleraron niveles aún mayores de calor de la sonda antes de informar el dolor.

Cuando la mano se vio más pequeña que su tamaño real, los participantes informaron dolor a temperaturas más bajas que cuando vieron la mano en su tamaño normal.

Esto sugiere que la experiencia del dolor surge en partes del cerebro que representan el tamaño del cuerpo. El "truco visual" de los científicos puede haber influido en los mapas espaciales de la piel del cerebro.

Los resultados sugieren que el procesamiento del dolor está estrechamente relacionado con estos mapas cerebrales de la piel.

El Dr. Patrick Haggard dijo: “Muchas terapias psicológicas para el dolor se centran en el estímulo doloroso, por ejemplo, cambiando las expectativas o enseñando técnicas de distracción.

“Sin embargo, pensar más allá del estímulo que causa el dolor, en el propio cuerpo, puede tener nuevas implicaciones terapéuticas.

“Por ejemplo, cuando un niño va al médico para un análisis de sangre, les decimos que le dolerá menos si no miran la aguja. Nuestros resultados sugieren que deberían mirar su brazo, pero deberían tratar de evitar ver la aguja, ¡si eso es posible! "

El estudio de investigación se encuentra en la revista ciencia psicológica.

Fuente: University College London

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