Trastornos del comportamiento en niños autistas vinculados a una menor conectividad cerebral

Más de una cuarta parte de los niños con trastorno del espectro autista también son diagnosticados con trastornos de conducta disruptiva.

Ahora, investigadores de la Universidad de Yale han identificado una posible causa biológica y han descubierto que un mecanismo clave que regula la emoción funciona de manera diferente en los cerebros de los niños que exhiben un comportamiento perturbador.

“Los comportamientos perturbadores como la agresión, la irritabilidad y el incumplimiento son comunes en los niños con autismo y se encuentran entre las principales razones para el tratamiento psiquiátrico e incluso la hospitalización”, dijo Denis Sukhodolsky, autor principal y profesor asociado en el Centro de Estudios Infantiles de Yale. "Sin embargo, se sabe poco sobre las bases biológicas de los problemas de conducta en los niños con autismo".

El estudio utilizó escáneres de resonancia magnética funcional realizados durante una tarea de percepción de emociones para comparar la actividad cerebral de niños autistas, algunos que exhiben comportamientos disruptivos y otros que no.

Mientras estaban en el escáner, se les pidió a los niños que miraran imágenes de rostros humanos que mostraran expresiones de calma o miedo.

Durante la tarea, los investigadores encontraron una conectividad reducida entre la amígdala y la corteza prefrontal ventrolateral, una vía crítica para la regulación de las emociones, en los cerebros de los niños que exhiben un comportamiento disruptivo.

"La conectividad funcional de la corteza prefrontal ventrolateral-amígdala reducida se asoció de forma única con el comportamiento perturbador, pero no con la gravedad de los déficits sociales o la ansiedad, lo que sugiere una red cerebral distinta que podría estar separada de los síntomas centrales del autismo", dijo el Dr. Karim Ibrahim, primer autor y becario postdoctoral en el laboratorio de Sukhodolsky.

"Este hallazgo apunta a un mecanismo cerebral de desregulación de las emociones en niños con autismo y ofrece un biomarcador potencial para desarrollar tratamientos específicos para la irritabilidad y agresión en el autismo".

El estudio fue publicado en Psiquiatría biológica: neurociencia cognitiva y neuroimagen.

Fuente: Universidad de Yale

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