La variante genética puede contribuir al olvido

Los investigadores han encontrado una conexión entre lapsos de memoria a corto plazo, como la pérdida de las llaves, y el gen del receptor de dopamina D2 (DRD2).

Los psicólogos de la Universidad de Bonn informan que las personas que tienen una determinada variante de este gen se distraen más fácilmente y experimentan una mayor incidencia de lapsos debido a la falta de atención.

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con esos lapsos cotidianos, como entrar en una habitación y olvidar por qué fue allí u olvidar el nombre de la persona con la que está hablando por teléfono.

"Estos lapsos de memoria a corto plazo son muy comunes, pero algunas personas los experimentan con especial frecuencia", dijo el Dr. Martin Reuter del Departamento de Psicología Diferencial y Biológica de la Universidad de Bonn.

En experimentos anteriores, los investigadores descubrieron indicios de que el DRD2 desempeña un papel en el olvido. El gen tiene una función esencial en la transmisión de señales dentro de los lóbulos frontales.

"Esta estructura se puede comparar con un director que coordina el cerebro como una orquesta", dijo el Dr. Sebastian Markett, autor principal del nuevo estudio.

"El gen DRD2 actúa como la batuta del director, porque juega un papel en la transmisión de la dopamina en el cerebro", explicó. "Si la batuta salta un tiempo, la orquesta se confunde".

Para su estudio, los investigadores evaluaron a 500 personas tomando una muestra de saliva y examinando el gen DRD2 en cada una. Todos los seres humanos portamos el gen DRD2, que se presenta en dos variantes que se distinguen por una sola letra dentro del código genético. Una variante tiene C (citosina), que es desplazada por T (timina) en la otra.

Según los análisis del equipo de investigación, aproximadamente una cuarta parte de los analizados tenían el gen DRD2 con la nucleobase de citosina, mientras que las tres cuartas partes eran el genotipo con al menos una base de timina.

Luego, los científicos se propusieron descubrir si esta diferencia en el código genético tenía un efecto en el comportamiento diario.

Por medio de una encuesta de autoevaluación, pidieron a cada persona que indicara la frecuencia con la que experimentan lapsos de memoria a corto plazo, como la frecuencia con la que olvidaron nombres o extraviaron sus llaves. La encuesta también incluyó preguntas sobre factores relacionados con la impulsividad, como la facilidad con la que se distrajeron de las tareas reales que tenían entre manos y cuánto tiempo pudieron mantener su concentración.

Los investigadores utilizaron métodos estadísticos para comprobar si era posible asociar los datos sobre los síntomas del olvido provocados por las encuestas a una de las variantes del gen DRD2. Los resultados mostraron que funciones como la atención y la memoria se expresan con menos claridad en las personas que portan la variante timina del gen que en el tipo de citosina, informaron.

“La conexión es obvia: tales lapsos pueden atribuirse parcialmente a esta variante genética”, dijo Markett.

Según sus propias declaraciones, las personas con la variante de timina DRD2 con mayor frecuencia “son víctimas” de olvidos o déficits de atención, mientras que el tipo de citosina parece estar protegido de esos déficits, dijo.

“Este resultado coincide muy bien con los resultados de otros estudios”, agregó Markett.

Añadió que las personas con la variante genética no deberían creer que es solo su destino genético ser olvidadizos.

“Hay cosas que puede hacer para compensar el olvido”, dijo, señalando algunas ideas, como escribir notas o hacer un mayor esfuerzo para dejar las llaves en un lugar específico.

“Las personas que desarrollan estas estrategias para las diferentes áreas de sus vidas están en mejores condiciones de manejar su diferencia genética”, concluyó.

Fuente: Universidad de Bonn


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