La clave de la felicidad puede estar dentro o fuera de ti
Un nuevo estudio ha descubierto que, a pesar de la creencia popular de que cada persona tiene la clave de la felicidad en sus propias manos, la mayoría de las personas solo están de acuerdo con esto si ya son felices.
Aquellos que no son felices son más propensos a culpar a factores externos que a asumir la responsabilidad de su propia felicidad, según investigadores de la Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación en Rusia.
Según los investigadores, basaron su trabajo en la teoría de la atribución causal de Bernard Weiner. Esto ayuda a determinar las causas a las que una persona atribuye sus éxitos y fracasos, dijeron los investigadores.
La teoría establece que la atribución causal puede clasificarse utilizando tres dimensiones diferentes.
Primero está el locus de control. Esto puede ser externo, en el que una persona atribuye su estado emocional a condiciones externas, o puede ser interno, donde una persona se ve a sí misma como la causa del éxito o el fracaso.
El segundo es la estabilidad o inestabilidad de la causa a lo largo del tiempo. Hay ciertos factores que son constantes, por ejemplo, rasgos de personalidad como la pereza o una fuerte ética de trabajo. También hay condiciones que son inestables con el tiempo, como la ayuda o el exceso de celo en la propia persona.
En tercer lugar, está la capacidad de una persona para controlar una situación. Por ejemplo, un vuelo retrasado está fuera del control de una persona, mientras que cocinar alimentos no.
Además de la atribución, los investigadores también tuvieron en cuenta el fenómeno del sesgo egoísta, que condiciona a las personas a atribuir sus éxitos a sí mismos y sus fracasos a factores externos.
Por ejemplo, si una persona tuvo una entrevista de trabajo exitosa, lo atribuye a su profesionalismo y ética laboral. Si la entrevista no tuvo éxito, es debido a la mala voluntad y falta de profesionalismo de los entrevistadores, dijeron los investigadores.
Para el estudio, los investigadores encuestaron a 600 personas en tres encuestas en línea. Esto incluyó principalmente a estudiantes de entre 18 y 22 años, y principalmente mujeres, según los investigadores.
El primer grupo, formado por 281 personas, tuvo que recordar y describir momentos de sus vidas en los que se sintieron felices o infelices.
Según los investigadores, de sus respuestas quedó claro que explicaron sus momentos más felices utilizando el locus de control, así como los factores que se mantuvieron estables en el tiempo y en gran medida bajo su control.
Lo contrario fue cierto para los momentos infelices. Los participantes de la encuesta dijeron que estos fueron causados por factores externos fuera de su control.
Las 169 personas del segundo grupo tuvieron que hablar sobre sentimientos felices o infelices provocados por su relación con alguien. Los investigadores notaron una falta de un locus de control interno o externo claramente expresado.
Tampoco se observó el fenómeno del sesgo egoísta. Esto muestra que los encuestados reconocen la importancia de la participación de la otra persona en la relación, explicaron los investigadores.
En el tercer grupo de 142 individuos, los psicólogos inicialmente evaluaron el nivel de bienestar subjetivo de la persona y unos días después les pidieron que explicaran a qué atribuían sus resultados.
Sin embargo, los investigadores desinformaron a los sujetos, informando a algunos que su nivel de bienestar subjetivo era muy alto, mientras que a otros se les dijo que era medio o bajo.
Los encuestados cuyo nivel real de bienestar subjetivo no se correspondía con su nivel declarado dijeron que esto era el resultado de factores situacionales externos, informaron los investigadores.
Aquellos cuyo nivel real correspondía a su nivel declarado no encontraron nada sorprendente en esto, según los hallazgos del estudio. Atribuyeron sus resultados a factores internos que son tanto estables en el tiempo como bajo su control.
Fuente: Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación