Las adolescentes con TEPT se benefician de la terapia de exposición

También se ha descubierto que una forma de terapia de exposición, un tipo específico de psicoterapia que se usa para tratar ciertos trastornos de ansiedad, funciona para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en las adolescentes que han sido abusadas sexualmente.

El nuevo enfoque de tratamiento emplea una forma prolongada de terapia de exposición en la que los pacientes revisan sus sentimientos y pensamientos relacionados con el trauma en un entorno controlado y mientras emplean habilidades de relajación.

A pesar de la alta prevalencia del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en adolescentes, nunca se han establecido tratamientos basados ​​en la evidencia, como la terapia de exposición prolongada para el TEPT en esta población.

“Presumimos que la terapia de exposición prolongada podría llenar este vacío y estábamos ansiosos por probar su capacidad para brindar beneficios a los pacientes adolescentes”, dice Edna Foa, PhD, profesora de Psicología Clínica en el departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad. de Pensilvania, que desarrolló una terapia de exposición prolongada.

La preocupación ha sido que la terapia de exposición prolongada, aunque es el tratamiento basado en evidencia más establecido para adultos con PTSD, podría exacerbar los síntomas de PTSD en pacientes adolescentes que no han dominado las habilidades de afrontamiento necesarias para que este tipo de exposición se brinde de manera segura.

La adolescencia suele ser una época en la que los niños comienzan a poner a prueba los límites y entran y salen de situaciones, tanto buenas como malas, algunas de las cuales pueden influir en el camino que toman sus vidas hacia la edad adulta.

El estudio de seis años (2006-2012) examinó el beneficio de un programa de exposición prolongada llamado exposición prolongada-A (PE-A), que se modificó para cumplir con la etapa de desarrollo de los adolescentes, y lo comparó con el asesoramiento de apoyo en 61 adolescentes. , de 13 a 18 años, con PTSD relacionado con el abuso sexual.

En el ensayo clínico aleatorio simple ciego, 31 recibieron exposición prolongada-A y 30 recibieron asesoramiento de apoyo.

Cada uno recibió 14 sesiones de 60 a 90 minutos de cualquiera de las terapias en un entorno comunitario de salud mental. Los consejeros estaban familiarizados con el asesoramiento de apoyo, pero eran ingenuos con PE-A antes del estudio; su formación PE-A consistió en un taller de 4 días seguido de supervisión cada dos semanas.

Los resultados se evaluaron antes del tratamiento, a mitad del tratamiento y después del tratamiento y a los tres, seis y 12 meses de seguimiento. Durante el tratamiento, los pacientes que recibieron PE-A demostraron una mayor disminución en la gravedad de los síntomas de PTSD y depresión, y una mejoría en el funcionamiento general. Estas diferencias se mantuvieron durante el período de seguimiento de 12 meses.

“Otro hallazgo clave de esta investigación fue que la terapia prolongada puede ser administrada en un entorno comunitario por profesionales sin capacitación previa en tratamientos basados ​​en evidencia y puede tener un impacto positivo en esta población”, dice Foa.

El estudio aparece en la edición del 25 de diciembre de JAMA.

Fuente: JAMA

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