La CBT puede aliviar la ansiedad social al remodelar y reducir la actividad cerebral

Un nuevo estudio sueco encuentra que después de solo nueve semanas de terapia cognitivo-conductual a través de Internet, los cerebros de los pacientes que padecen un trastorno de ansiedad social cambian de volumen y actividad, y la ansiedad se reduce.

Los investigadores notaron que el cerebro es notablemente adaptable. Por ejemplo, estudios previos han demostrado que los juegos malabares y los videojuegos afectan el volumen cerebral. Pero quedan dudas sobre cómo puede cambiar el volumen cerebral y la actividad neuronal en áreas específicas.

En la investigación actual, un grupo de investigadores de la Universidad de Linköping y otras universidades suecas estudiaron cómo la terapia cognitivo-conductual (ICBT) a través de Internet afecta el volumen y la actividad del cerebro.

Los investigadores se centraron en pacientes con trastorno de ansiedad social (SAD), uno de los problemas de salud mental más comunes.

Para el estudio, se realizaron imágenes de resonancia magnética (IRM) en todos los participantes del estudio antes y después de la intervención de ICBT.

Los investigadores encontraron que en pacientes con TAE, el volumen cerebral y la actividad en la amígdala disminuyen como resultado de la ICBT. Los resultados del estudio aparecen en la revista Psiquiatría traslacional.

“Cuanto mayor es la mejora que observamos en los pacientes, menor es el tamaño de sus amígdalas. El estudio también sugiere que la reducción del volumen impulsa la reducción de la actividad cerebral ”, dijo el estudiante de doctorado Kristoffer NT Månsson, quien dirigió el estudio. Månsson se asoció con su colega de Linköping, el Dr. Gerhard Andersson, e investigadores del Karolinska Institutet, la Universidad de Uppsala, la Universidad de Umeå y la Universidad de Estocolmo.

El estudio incluyó a 26 personas tratadas a través de Internet durante nueve semanas, lo que lo convierte en un estudio relativamente pequeño. Sin embargo, es único en el sentido de que investiga múltiples factores al mismo tiempo: cambios posteriores al tratamiento tanto en el volumen cerebral como en la actividad cerebral.

“Aunque no analizamos a tantos pacientes, este trabajo proporciona algunos conocimientos importantes, especialmente para todos los pacientes. Varios estudios han informado que ciertas áreas del cerebro difieren entre pacientes con y sin trastornos de ansiedad ”, dijo Månsson.

"Hemos demostrado que los pacientes pueden mejorar en nueve semanas y que esto genera diferencias estructurales en sus cerebros".

Månsson ve el estudio como un primer paso en un proyecto más grande. En última instancia, el objetivo es comprender mejor los efectos psicológicos y biológicos del tratamiento para desarrollar terapias más eficaces.

El equipo de investigación ahora está avanzando con estudios en más pacientes. Un estudio tiene como objetivo identificar el punto durante el tratamiento donde ocurre el cambio en el cerebro.

Los expertos creen que los hallazgos del estudio ayudarán al desarrollo de terapias más efectivas para uno de los problemas más comunes en la salud mental.

Fuente: Universidad de Linköping

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