La detección automatizada del autismo temprano puede mejorar los resultados

Actualmente, no existe un examen médico para diagnosticar el trastorno del espectro autista. El trastorno generalmente se diagnostica alrededor de los 36 meses según el comportamiento, aunque a veces el diagnóstico ocurre más adelante en la vida, a menudo en relación con dificultades de aprendizaje, sociales o emocionales.

Una nueva investigación sugiere que la detección genética de este trastorno cerebral podría significar intervenciones más oportunas que mejoren la vida del paciente y sus familias.

Los investigadores sugieren que en un futuro cercano, el aprendizaje automático podría usarse para analizar datos genéticos que apuntan a un diagnóstico de TEA antes de que los síntomas se vuelvan obvios.

Un nuevo estudio que describe este enfoque se publica en el Revista internacional de minería de datos y bioinformática.

Fuad Alkoot de PAAET en Kuwait, y Abdullah Alqallaf, Ph.D., de la Universidad de Kuwait, Kuwait, dijeron que, a diferencia de otras afecciones, como el cáncer, se ha prestado poca atención a la posibilidad de detección genética temprana del autismo.

En el estudio, los investigadores informan que han desarrollado un sistema de red neuronal computarizado de cuatro etapas para probar datos genéticos simplificados.

El sistema rastrea entre 150 y 500 características presentes en diferentes cromosomas y se sabe que están asociadas con el TEA cuando ciertos patrones genéticos están presentes.

El equipo señala que los síntomas del TEA aumentan a medida que el niño crece, por lo que un diagnóstico temprano puede ofrecer la oportunidad de un tratamiento que podría mejorar algunos problemas asociados con la afección.

En la actualidad, el diagnóstico se basa únicamente en la evaluación de un experto por parte de un médico especialista. Sin embargo, los síntomas ambiguos en las primeras etapas bien pueden impedir un diagnóstico definitivo.

Por el contrario, la inclusión de características genéticas fuertemente correlacionadas con el TEA en el proceso de diagnóstico podría ofrecer un diagnóstico más sólido o ayudar a descartar el autismo en un caso dado.

Este enfoque también podría tener implicaciones para una mejor comprensión de cómo surge el TEA, particularmente porque la teoría actual sugiere que está involucrada una mezcla de factores genéticos y ambientales.

"La implementación de dicho sistema conducirá a una intervención temprana y nos permitirá detectar si un sujeto tiene el potencial de desarrollar autismo utilizando los datos genéticos de los sujetos, incluso antes de que comience a aparecer cualquier síntoma de comportamiento", informó el equipo.

Fuente: AlphaGalileo

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