¿Son los ansiosos menos sensibles?
Investigadores de la Universidad de Tel Aviv utilizaron un electroencefalograma (EEG) para medir la actividad cerebral mientras se mostraban a los participantes del estudio imágenes diseñadas para inducir miedo y ansiedad.
Los registros de EEG de la actividad neuronal que representa el procesamiento profundo de estos estímulos mostraron que el grupo ansioso en realidad estaba menos estimulado por las imágenes que el grupo no ansioso.
Los resultados del estudio se publicaron recientemente en Psicología biológica.
El descubrimiento de que los participantes ansiosos del estudio no demostraron ser tan sensibles fisiológicamente a los cambios sutiles en su entorno como los individuos menos temerosos, sorprendió a los investigadores, dice Tahl Frenkel, candidato a doctorado y líder del estudio.
Ella sugirió que las personas ansiosas podrían tener un déficit en sus capacidades de evaluación de amenazas, necesarias para la toma de decisiones efectiva y la regulación del miedo, lo que lleva a una reacción insuficiente a estímulos amenazantes sutiles.
Las personas no ansiosas parecen tener un “sistema de alerta temprana” subconsciente que les permite prepararse para las amenazas en evolución. Esencialmente, las personas ansiosas se “sorprenden” por estímulos temerosos que las personas no ansiosas ya han notado, analizado y evaluado subconscientemente.
Para un análisis más detallado de las reacciones tanto conductuales como neuronales a los estímulos que inducen el miedo, los investigadores seleccionaron participantes de un grupo de 240 estudiantes universitarios de la universidad. Luego, los investigadores identificaron el 10 por ciento de las personas "más ansiosas" y el 10 por ciento de las personas "menos ansiosas" para participar en el estudio final.
En la primera parte de su estudio, los investigadores midieron las respuestas conductuales a los estímulos que inducen el miedo. A los participantes se les mostró un conjunto de imágenes que mostraban a una persona que parecía cada vez más temerosa en una escala del 1 al 100.
Cuando se les mostró la secuencia de imágenes, las personas ansiosas respondieron más rápidamente al miedo en el rostro del sujeto. Identificaron un rostro como "temeroso" con una calificación de solo 32, mientras que las personas no ansiosas no describieron el mismo rostro como temeroso hasta que alcanzó una calificación de 39.
Sin embargo, cuando los investigadores midieron las ondas cerebrales de los participantes mediante EEG mientras se les mostraban las fotografías, empezó a surgir una imagen diferente.
A partir de esta evaluación, los investigadores descubrieron que los individuos no ansiosos completaron un procesamiento en profundidad de los estímulos que inducen el miedo que informaron su respuesta conductual, mientras que los individuos ansiosos no lo hicieron.
En otras palabras, las personas no ansiosas pudieron notar inconscientemente cambios sutiles en el entorno antes de reconocer conscientemente la amenaza.
"Los resultados del EEG nos dicen que lo que parece hipersensibilidad a nivel conductual es, de hecho, el intento de la persona ansiosa de compensar un déficit en la sensibilidad de su percepción", explica.
Fuente: American Friends of Tel Aviv University