Tres prácticas conscientes para descarrilar los patrones de pensamiento de culpa
¿Dejas que tu conciencia culpable guíe tu propósito hoy? Si es así, no estás solo. Tantas veces en mi vida repetí el mismo patrón día tras día que dejó a mi ser interior gritando por un sentido de propósito, pero continuó ofreciendo más de mí de lo que tengo. ¿Por qué seguimos repitiendo nuestros patrones de culpabilidad que nos hacen pensar y cómo podemos empezar a cambiar nuestra forma de pensar para aprender a dejar ir?
Vivir con la conciencia culpable es como ser guiado por caminos continuos llevados por otros. Renunciaste a las riendas y ya no tienes el control de tus pensamientos, tu camino, tu resultado. ¿Cómo pasó esto? ¿Cómo me dejé agobiar por pensamientos devoradores de lo que puedo o no puedo hacer por los demás?
¡Esto pronto se convertiría en mi rutina diaria, no solo hoy, sino mañana y pasado mañana! No me malinterpretes, el servicio es parte de nuestro propósito en la vida y, personalmente, para mí es muy gratificante. Sin embargo, cuando esto es todo lo que hacemos, perdemos el sentido de nuestro propio camino, nuestro propio propósito. ¿Cómo serían mis días si no estuvieran consumidos por la culpa de cómo puedo ayudar o qué tengo que hacer por los demás?
¿Suena familiar? Bueno, no estás solo. Súbete al tren de la culpa. Las preguntas que pasan por la mente de uno cuando se siente culpable por todo se convierten en el peso y las cadenas de las que es tan difícil liberarse. Es más fácil permanecer en los patrones de pensamiento negativos que nos han condicionado a pensar, ya sea por otros o por nosotros mismos, que tratar de cambiar. De cualquier manera, son irracionales y cuanto antes los reconozcas y comiences a liberar tu mente de la culpa, solo entonces se levantarán las nubes para que puedas ver y vivir tu propósito. Qué maravilloso sería usar sus talentos, habilidades y pasiones para trabajar de una manera que le brinde satisfacción. Viviendo nuestro propósito es ayudar a los demás y servir al mayor propósito de nuestro propio ser y cuando finalmente reconozcamos que podemos vivir en paz.
Tres pasos para poner en acción hoy para abolir los patrones de pensamiento negativos de culpa:
Reconozca lo que es. Reconoce que la culpa es solo la suma de nuestros propios pensamientos y los pensamientos desencadenan una emoción. Es posible que nos sintamos culpables por no prestarle dinero a alguien o por no decir "no" cuando está acostumbrado a decir "sí". El pensamiento entra y sentimos la emoción de la culpa. Decir "no" no es una razón racional para sentirse culpable. Repítelo 3 veces, y no, no desaparecerá mágicamente. Sin embargo, si continúa reconociendo sus pensamientos y se pregunta si la culpa que siente es racional o irracional, puede comenzar a ver un patrón en sus pensamientos. Después de todo, el verdadero significado de culpa es (el hecho de haber cometido un delito o delito específico o implícito). Cuando se dé cuenta de la frecuencia con la que su delito no se ajusta al autocastigo, será más fácil dejar ir el pensamiento de culpa.
Practica afirmaciones positivas. Por ejemplo:
- Está bien decir que no.
- Soy digno de vivir mi propósito.
- Dejar ir es tan bueno para ellos como para mí.
- No soy mis acciones ni mis pensamientos.
Repítelos en un espejo o dígalos en voz alta en momentos de culpa o como afirmaciones diarias para comenzar su día. Recomiendo usar una aplicación como Think Up que te permita grabarlos con tu propia voz. Algo en escucharlos en nuestra propia voz que los hace más poderosos.
Practica el perdón: Se nos enseña la importancia de perdonar a los demás pero no a nosotros mismos. Está bien pedir perdón para sí mismo y luego practicar el perdón a sí mismo. Pensar en nuestra culpa, sea racional o no, no hace ningún bien a nadie. Darle menos tiempo y atención a la culpa le permite seguir adelante.
Solo recuerda que sentir culpa o vergüenza está bien. La culpa es un sentimiento que tiene su momento y lugar en todas nuestras vidas. Cada sentimiento tiene un propósito, pero no le des el poder de controlar cada uno de tus pensamientos o acciones.
Reconocerlos, dar gracias por ellos, aprender de ellos, luego presionar el botón de retroceso y borrarlos.
"Estas montañas que estás cargando, se suponía que solo debías escalar" - Najwa Zebian