¿Su terapeuta le está ayudando lo suficiente?

¿Su cita semanal es solo un momento para desahogarse? ¿Qué haces cuando tu terapia parece no ir a ninguna parte?

Lo más probable es que haya venido a terapia porque quería algo que sentía que no podía lograr por su cuenta. Estabas infeliz o desanimado; tal vez se sintió desesperado por su carrera o relación. Buscaste el cambio. Así que buscó un terapeuta, pagó el dinero que tanto le costó ganar y comenzó a examinar su vida.

Las primeras etapas de la terapia son muy parecidas a una luna de miel. Después de la emoción de encontrar a alguien y conocer a esa persona, comienza el trabajo duro. Desafortunadamente, muchas personas nunca pasan de este período con su terapeuta. Obtienen información, resuelven sus problemas de situación y de superficie, y salen a la carretera como clientes satisfechos. Pero en el camino, descubren que sus problemas han resurgido; la depresión y las viejas ansiedades están resurgiendo, o su esperanzada nueva relación se ha desmoronado.

Aunque la terapia de luna de miel puede ayudarlo a resolver problemas particulares y brindarle una idea, es probable que los problemas psicológicos subyacentes que causan sus dificultades permanezcan intactos. Hasta que se resuelvan, los mismos problemas seguirán persiguiéndote.

Las personas que se quedan en terapia más allá del período de luna de miel pueden obtener mejores resultados. Con la ayuda de un buen terapeuta, mantienen su hambre de cambio. ¿Qué los hace volver semana tras semana? Ven la recompensa en su vida diaria y anhelan un crecimiento más positivo.

Cuando tienes un terapeuta que te desafía e inspira, confronta tus resistencias y te ayuda a profundizar tus relaciones, siempre encuentras la terapia estimulante. Esperarás tus sesiones incluso en tiempos difíciles porque valoras el proceso y la transformación que inspira.

Por supuesto, el cambio duradero no ocurre de la noche a la mañana. Requiere tiempo y compromiso. Hay períodos en los que la terapia se siente lenta, como cuando se cubre repetidamente el mismo material. A veces, esto es inevitable, pero si estos períodos se prolongan demasiado, es hora de que se vuelva más activo. Para experimentar un gran avance, una nueva comprensión de sí mismo o de su situación, deberá exigir más de su terapeuta y de usted mismo.

Aquí hay algunas preguntas para ayudarlo a determinar si su terapia es efectiva:

  1. ¿Se encuentra en un lugar emocional diferente al que tenía cuando comenzó la terapia?
    ¿Está menos ansioso o deprimido? ¿Ha obtenido una idea de sus problemas? ¿Está tomando decisiones nuevas y más inteligentes?
  2. ¿Están apareciendo en su vida los beneficios de la terapia?
    ¿Está viendo los resultados que desea? ¿Han mejorado sus relaciones, su carrera o su vida familiar?
  3. ¿Tu terapeuta te desafía?
    Los terapeutas son oyentes entrenados, pero escuchar no es suficiente. Los terapeutas también deben estar dispuestos a hacer preguntas difíciles, señalar verdades desagradables y, lo más importante, desafiarlo. Si esto no sucede, su terapeuta puede ser más un facilitador que un sanador.
  4. ¿Tiene una relación activa con su terapeuta?
    ¿Peleas con tu psiquiatra? ¿Expresa una amplia gama de sentimientos en sus sesiones: odio, amor, frustración o molestia? Si sus sesiones están llenas de emociones, es una buena señal. Pero si sus sesiones son en su mayoría distantes, abstractas o llenas de divagaciones intelectuales, experimentará muy poco crecimiento emocional.
  5. ¿Has probado diferentes modalidades?
    La terapia de grupo es una gran opción si cree que sus sesiones individuales han llegado a un callejón sin salida. También puede considerar la terapia de pareja o familiar para cambiar las cosas.
  6. ¿Es su terapeuta un buen modelo a seguir?
    ¿Su terapeuta practica lo que predica? ¿Su terapeuta es optimista o amargado? Aunque no conozca los detalles de la vida de su terapeuta, siempre puede sentir la calidad de la misma. ¿Porque es esto importante? Las personas solo crecen emocionalmente cuando sus terapeutas han experimentado el mismo tipo de crecimiento. Los terapeutas que están constantemente en movimiento y que prueban cosas nuevas son buenos modelos a seguir para sus pacientes y sirven como fuente de inspiración. Las personas que se sienten estancadas en su terapia tienden a tener terapeutas que se sienten estancados en sus propias vidas.

Si respondió no a cualquiera de estas preguntas, confronte a su terapeuta. Después de todo, estás pagando por tus sesiones, ¿no es así? Eso te convierte en el empleador de tu terapeuta. Pregunte por qué no está progresando como desea. Sea directo y no acepte respuestas vagas y ambiguas.

Los terapeutas no son amigos a sueldo. Si su terapeuta no está entregando los productos, depende de usted hacer algo al respecto. Recuerde, solo obtiene de la terapia lo que le pone. Sentarse en terapia y esperar a que su terapeuta lo cure no lo llevará a ninguna parte. Cuanto más asertivo sea, más progreso verá en su vida diaria.

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