5 trampas comunes del ego espiritual (y cómo evitarlas)
Aunque muchos de nosotros podemos tener una relación de amor-odio con nuestro ego, es necesario recordar que cumple un papel espiritual importante. En lo positivo, nos da una identidad personal distinta que nos ayuda a cumplir el propósito de nuestra vida, permitiéndonos compartir dones únicos del alma con el mundo mientras trabajamos nuestro karma.
En lo negativo, el ego nos engaña para que nos identifiquemos demasiado con nuestros cuerpos, pensamientos y emociones. Este apego nos engaña haciéndonos creer que estamos fundamentalmente separados de Dios, unos de otros e incluso de nuestras propias almas, lo que nos lleva al sufrimiento. Con el tiempo, suficiente sufrimiento profundo eventualmente nos lleva de regreso a Dios, completando el ciclo.
A medida que el mundo evoluciona espiritualmente, muchos buscadores están despertando de la oscuridad del alma y comienzan a alejarse lentamente de la conciencia del ego centrada en el cuerpo. En lugar de identificarnos como simples cuerpos físicos que nacen y mueren, comenzamos a vernos como seres espirituales que tienen una experiencia humana. Ya sea a través del yoga, la meditación y la oración o estudiando con un maestro espiritual, esta nueva conciencia puede ser tan emocionante, inspiradora y empoderadora que nos engaña haciéndonos pensar que nuestras lecciones de vida están completas y que estamos libres de nuestros egos. En esta etapa del desarrollo espiritual, entendemos intelectualmente que la vanidad, el orgullo y el egocentrismo son trampas mortales para el alma, pero aún no hemos completado suficientes lecciones espirituales para evitar caer en ellas.
Aquí radica la pendiente resbaladiza: cuanto más aprendemos teóricamente sobre la espiritualidad sin aplicarla a nuestra vida cotidiana, más probabilidades tenemos de volvernos egocéntricos en nuestras creencias espirituales. Como un lobo con piel de oveja, el ego espiritual puede esconderse detrás del juicio, el dogma religioso o un falso sentido de superioridad moral sobre los demás. Esto es dañino, ya que nos priva del ímpetu para hacer el trabajo espiritual más profundo que necesitamos para crecer y sanar.
A continuación se muestran algunas de las trampas del ego espiritual más comunes. Siga leyendo para ver si alguno de ellos se aplica a usted:
1. Espiritualidad sobreintelectualizadora.
Aunque la energía mental es útil al memorizar citas inspiradoras y textos sagrados, confiar en la comprensión del intelecto de los conceptos espirituales esotéricos puede bloquear experiencias más profundas de su verdad. La esencia de la verdadera fe y devoción está más allá del alcance de la lógica del ego. Hay una diferencia entre conocer el camino y recorrer el camino.
2. Tener creencias dogmáticas.
El pensamiento fundamentalista en blanco y negro es una de las formas en las que el ego consigue "tener razón" y dejar de crecer espiritualmente. Si te ves involucrado en debates espirituales con otros, o si necesitas que alguien más "capte" la verdad sobre tu religión o creencias espirituales, probablemente sea tu ego, no tu espíritu, quien habla. Como dice Lao Tse, “El que sabe no habla. El que habla no sabe."
3. Juzgar a las personas que son menos “avanzadas espiritualmente” que usted.
¿Cree que algunas personas son "salvas" y "elegidas" y otras no? ¿Miras con desprecio a otros que son más nuevos en su camino espiritual? Desde Jesús hasta Buda, todos los verdaderos santos comparten un rasgo común: profunda humildad en la sumisión a Dios. Si sus creencias espirituales le hacen juzgar o menospreciar a otros que considera menos “espirituales”, es posible que esté ocultando un sentido más profundo de incertidumbre sobre su propia fe que merece atención y resolución.
4. Usar una máscara de positividad excesiva.
Si te oyes a ti mismo usando la palabra "épico" o "asombroso" para describir tus experiencias cotidianas, incluso cuando están lejos de ser estelares, es posible que te preocupe más lo que los demás piensen de ti que lo que realmente estás sintiendo. Eso es vanidad. Incluso las personas más espirituales tienen días malos, y tener el valor suficiente para ser honesto con tus emociones es un ingrediente clave para la liberación del alma.
5. Tener un "Complejo Mesías".
¿Crees que depende de ti salvar al mundo oa otros de las malas experiencias? Si es así, es posible que tenga un complejo de Mesías, una de las formas más perniciosas de arrogancia espiritual. Aunque es importante estar al servicio de los demás, como seres humanos no somos omniscientes, omnipresentes ni omnipotentes: solo Dios lo es. Cuando nos rendimos a la voluntad de un poder superior en nuestras vidas, se vuelve más fácil aceptar que siempre hay un plan maestro que se desarrolla más allá de nuestro control y comprensión.
Si bien es fácil caer en cualquiera de estas trampas del ego, la humildad, la compasión y la paciencia lo ayudarán a salir y continuar adelante con su educación espiritual. Si bien el viaje del alma puede parecer largo y arduo a veces, el destino de la liberación espiritual está finalmente asegurado para todos los que permanecen en el camino.
Esta publicación es cortesía de Spirituality & Health.