El futuro de la psiquiatría: 5 razones para el optimismo
Después de leer el último capítulo del libro, Desmitificando la psiquiatría, me sentí mucho mejor acerca de dónde podría estar la psiquiatría cuando mis hijos tengan mi edad. Quizás, si alguno de los dos es diagnosticado alguna vez con una enfermedad mental, habrá tratamientos más específicos y más optimismo para una pronta recuperación.
Aquí hay algunas razones por las que podemos ser optimistas sobre el futuro de la psiquiatría:
1. Estudios interdisciplinarios
Durante los próximos 50 a 100 años, la investigación en neurociencia llevará a los científicos a comprender con exquisito detalle cómo los humanos procesan la información, expresan y regulan las emociones y se motivan para lograr objetivos específicos. Esta información afectará a muchas disciplinas clínicas y científicas, incluidas la neurología, la psicología, la ingeniería biomédica y las ciencias de la computación, pero probablemente pagará sus mayores dividendos en psiquiatría. Los estudios interdisciplinarios que involucran genética, psicología cognitiva, neuroimagen y neurociencia celular y de sistemas ofrecen una gran esperanza para comprender los mecanismos que contribuyen a la disfunción psiquiátrica y para encontrar formas nuevas e innovadoras de tratar las enfermedades mentales.
2. Plasticidad cerebral
La capacidad de los humanos para aprender, recordar y adaptarse está directamente relacionada con la capacidad de cambio (plasticidad) del cerebro humano. Siempre que aprendemos nueva información, se modifican las conexiones entre las células nerviosas del cerebro. La actividad de algunas conexiones (llamadas sinapsis) aumenta, mientras que la actividad de otras sinapsis disminuye. Los cambios iniciales implican alteraciones químicas locales en la forma en que las sinapsis transmiten y reciben información de otras neuronas. Estos cambios químicos iniciales eventualmente conducen a cambios estructurales en el cerebro; es decir, se forman más conexiones y conexiones más complejas. La mayor duración de estos cambios requiere la activación y desactivación de genes específicos; por lo tanto, el aprendizaje implica la expresión genética. Los cambios en las conexiones sinápticas representan una forma importante de formación de los recuerdos. Pero, como todos sabemos, algunos recuerdos se desvanecen y es probable que las conexiones recién formadas deban reforzarse mediante la actividad cerebral continua para que estas conexiones sobrevivan. Los puntos importantes a recordar son que el aprendizaje altera la estructura real del cerebro y que los genes están involucrados en el aprendizaje.
3. Neurogénesis y psiquiatría
La historia de la neurogénesis (la formación de nuevas células nerviosas en el cerebro adulto) es realmente parte de la historia más amplia sobre la plasticidad cerebral. Dicho de otra manera, la neurogénesis refleja la asombrosa capacidad de recuperación y plasticidad de nuestro cerebro. Ampliando las observaciones hechas inicialmente hace años sobre las aves, ha quedado claro que ciertas partes del cerebro humano son capaces de generar nuevas neuronas a lo largo de la vida, incluso durante la vejez. No todas las regiones del cerebro parecen tener esta capacidad para desarrollar nuevas células nerviosas, pero hay dos regiones, la circunvolución dentada del hipocampo y las áreas cercanas a los ventrículos laterales en el sistema olfativo (que está involucrado en el sentido del olfato). realmente bueno en eso. El giro dentado juega un papel clave en la función del hipocampo, la región que es tan crítica para el procesamiento de la memoria. Es probable que cada día nazcan mil o más neuronas nuevas en esta región y puedan incorporarse a los circuitos del hipocampo, donde ayudan a mejorar ciertos tipos de aprendizaje. Estas nuevas neuronas pueden ser particularmente importantes para procesar nueva información.
4. Investigación biomédica
Una de las razones más poderosas por las que somos optimistas sobre el futuro de la psiquiatría es la reciente tasa de progreso en toda la investigación biomédica. Hemos aludido a los principales avances en genética, biología molecular, neurobiología y ciencias cognitivas que se han producido desde finales de los años ochenta. La psiquiatría está especialmente bien posicionada para aprovechar estos avances y aprovecharlos. Si algo aprendimos durante el siglo XX, es que las capacidades de investigación que involucran tanto la ciencia básica fundamental como las tecnologías aplicadas han sido asombrosas. Ahora, a principios del siglo XXI, los científicos tienen la capacidad de hacer cosas que eran inimaginables incluso hace 30 años.
5. Nuevas perspectivas en diagnóstico y tratamiento
Hoy en día, es fácil imaginar un futuro en el que el diagnóstico psiquiátrico se base en la comprensión de los defectos fundamentales en el pensamiento, el procesamiento emocional y los sistemas motivacionales. En un mundo así, nuestras categorías tradicionales de trastornos psicóticos, trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos cognitivos e incluso trastornos de la personalidad pueden necesitar una revisión completa. En un mundo así, los tratamientos podrían basarse mucho más en mecanismos subyacentes y podría haber mayores oportunidades para la identificación temprana e incluso la prevención de los trastornos. Además del trabajo sobre demencias, la investigación actual sobre la biología de los síndromes asociados con el retraso mental es un gran ejemplo de las oportunidades potenciales.
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