El costo de no prestar atención y cómo recuperar el equilibrio

A veces, cuando no estamos prestando atención o atendiendo a lo que está frente a nosotros en nuestras vidas, nos desequilibramos. Me acordé de este último verano cuando me di cuenta en un momento de pánico que había olvidado cerrar el agua de la manguera exterior que estaba usando para agregar un poco de agua a nuestra piscina. En lugar de dejar correr el agua durante media hora más o menos, ¡accidentalmente la dejé correr durante aproximadamente 24 horas! Esto fue un gran error en muchos aspectos, con consecuencias como desbordar la piscina, desperdiciar agua preciosa, potencialmente drenar nuestro pozo, durante una sequía nada menos, sin mencionar desequilibrar el agua perfectamente equilibrada, como lo demuestra la turbia, color turbio que empezó a cambiar!

Normalmente, para mantener el agua equilibrada, la pruebo periódicamente con una tira reactiva para poder hacer pequeños ajustes según sea necesario. En este caso, mi falta de atención a lo que estaba haciendo tuvo un costo mayor y requirió esfuerzos adicionales para restaurar el equilibrio.

Lo mismo ocurre con nosotros también, ¿no? Si reservamos el tiempo de manera constante para atender nuestras necesidades y darnos cuenta de cuándo comenzamos a perder el equilibrio, podemos tomar medidas para corregirnos a nosotros mismos, para dedicarnos al cuidado personal necesario para recuperar el equilibrio ( o para ayudar a restablecer el equilibrio en una relación). Pero si nuestra falta de atención y descuido duran demasiado, puede ser mucho más difícil reparar los desequilibrios y puede afectar nuestra salud emocional y / o física.

Identificación de su "tira reactiva"

En el caso de la piscina, es fácil introducir una tira especial de papel en el agua para determinar si los productos químicos están en equilibrio. Si bien los seres humanos no tenemos una prueba tan simple para nuestras vidas, tenemos la siguiente mejor cosa equivalente: nuestra CONCIENCIA. Podemos empezar a prestar mucha atención a:

  1. las sensaciones físicas en nuestros cuerpos
  2. nuestros estados de ánimo / emociones
  3. los pensamientos en nuestras cabezas
  4. 4. nuestros comportamientos.

Si prestamos atención a estas cuatro cosas periódicamente, a lo largo del día, durante unos minutos a la vez, comenzamos a obtener información útil sobre si estamos desequilibrando y, de ser así, qué acciones sabias podrían ser más útiles o necesarias en en cualquier momento.

En particular, puede practicar la búsqueda de signos de estrés y tensión en su cuerpo. A menudo nos aprietamos y tensamos durante el día sin darnos cuenta.

También puede comenzar a prestar más atención a los matices de sus emociones. ¿Estás irritado, frustrado, triste, desilusionado, desanimado, inquieto, preocupado o algo más? ¿Cómo podrían estas emociones ofrecerle información sobre lo que podría necesitar?

También puede ser muy útil aprender a prestar atención a nuestros pensamientos, ya que a menudo se escabullen debajo de la superficie de nuestra conciencia y pueden ser bastante negativos, autocríticos, inexactos y, a veces, distorsionados. Y si podemos detectar nuestros comportamientos antes de que se disparen o se intensifiquen, tendremos la oportunidad de intervenir más rápidamente.

Desarrollo de su "tira reactiva"

Para desarrollar su "tira reactiva", podría preguntarse:¿Cuáles son mis señales de advertencia de desequilibrio en cada una de estas áreas?? Escríbalos y téngalos a mano para que pueda consultarlos. Por ejemplo, a nivel físico, podría notar tensión en mi cuello, apretar la mandíbula y respirar superficialmente como signos de estrés acumulado. Cuando empiezo a sentirme abrumado o irritable, esas son señales para mí de que algo está fuera de balance. Cuando mi pensamiento se convierte en todo o nada (por ejemplo, "nunca tendré suficiente tiempo" o "por qué nadie me ayuda en la casa"), ese es un buen indicador de que debo prestar atención. Y cuando empiezo a pensar en cosas pequeñas, sé que necesito un poco de recalibración, más temprano que tarde.

Para desarrollar aún más esto, pregúntese:¿Qué me ayuda a recuperar el equilibrio?Haga una lista a la que pueda referirse que incluya varias cosas que puede hacer, que podrían ser apropiadas en una variedad de situaciones. Algunos ejemplos pueden incluir: acercarse y conectarse con alguien; tomarse unos minutos para hacer un poco de respiración consciente, pasar unos minutos en la naturaleza, hacer algo creativo, realizar actividad física, hacer algo amable para usted o para otra persona, pasar unos minutos apreciando genuinamente algo en su vida o necesitaba descanso. Elabora tu propia lista y agrégala a medida que notes lo que te ayuda a recuperar el equilibrio.

A veces, unos minutos de atención consciente y pequeños ajustes a lo largo del día, y de forma regular, pueden evitar que nuestro estrés se desborde y pueden ayudarnos a evitar la necesidad de intervenciones más importantes a un costo mayor. 

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