La psicología de los teléfonos inteligentes y los mensajes de texto
Nuestros hábitos de comunicación están cambiando más rápido que en cualquier otro período de la historia. Más del 80 por ciento de los estadounidenses de entre 18 y 34 años prefieren los medios de comunicación no verbal en la vida diaria. Estamos presenciando no solo la desaparición del teléfono fijo, sino posiblemente también el final de la propia llamada telefónica. En mi nuevo libro Mensajes de texto en caso de enfermedad: cómo los teléfonos inteligentes, los mensajes de texto y las redes sociales están cambiando nuestras relaciones, Estoy documentando los factores detrás de estos cambios masivos, así como sus implicaciones sociales.La mayoría de las personas probablemente desconozcan que los mensajes de texto, cuando se concibieron por primera vez, no estaban destinados al uso de persona a persona. Cuando SMS vio la luz en 1993, su propósito original era permitir a los operadores enviar actualizaciones de servicio concisas a sus suscriptores. Sin embargo, como suele suceder con la tecnología, surgen usos sociales únicos cuando están en manos de los usuarios. Eso también se hizo realidad para los SMS.
Los jóvenes adoptaron la tecnología como una forma de enviar mensajes rápidos a amigos y padres. Esta tendencia realmente despegó con la invención de los teclados integrados en pantalla en los teléfonos inteligentes y la introducción de aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Snapchat, que hicieron que los mensajes de texto fueran mucho más rápidos y económicos.
Los mensajes de texto y las redes sociales se han vuelto tan populares que el estadounidense promedio ahora pasa 4.7 horas al día en su teléfono. Aquí hay algunas razones:
- La seguridad.
Los padres de hoy están más preocupados por la seguridad de sus hijos que hace unas décadas. Muchos optan por llevar a sus hijos a la escuela en lugar de dejarlos caminar o andar en bicicleta con sus compañeros. A raíz del 11 de septiembre, hemos visto el surgimiento de la madre tigre moderna, que hace todo lo humanamente posible para proteger, monitorear y apoyar a sus hijos las 24 horas del día, los 7 días de la semana.Los teléfonos inteligentes y los mensajes de texto juegan un papel importante en esta ecuación de microgestión. Al permitir que los niños posean y porten teléfonos inteligentes, nunca están más que a una llamada telefónica o un mensaje de texto de distancia. Esto sentó las bases para una aceptación social general de los niños que usan teléfonos inteligentes (que era casi inaudito cuando aparecieron los teléfonos celulares) y simultáneamente hizo que los mensajes de texto fueran la forma de comunicación predominante entre los jóvenes.
- Ansiedad y aversión al riesgo.
Se está acumulando evidencia científica convincente que sostiene que los jóvenes de hoy están más ansiosos que en el pasado. También es menos probable que asuman riesgos en una etapa temprana de la vida, como mudarse a otro estado o mudarse de la casa de sus padres para vivir por su cuenta. Los mensajes de texto son una combinación perfecta para alguien que busca limitar la ansiedad y el riesgo porque contiene menos señales sociales (voz, lenguaje corporal, gestos faciales, etc.) que la comunicación en persona. Elimina el borde de un encuentro que puede provocar ansiedad si se puede manejar en su teléfono inteligente.En mi investigación descubrí que ahora es extremadamente común que los millennials recurran a los mensajes de texto en contextos donde los niveles de ansiedad son altos. Por ejemplo, el 38 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años utilizan medios basados en texto como el correo electrónico y los mensajes de texto para dar malas noticias a los demás. Sesenta y cuatro por ciento de los jóvenes de 18 a 34 años han tenido discusiones por mensajes de texto y el 55 por ciento consideraría usar mensajes de texto para romper con su pareja.
- Pragmatismo.
Los jóvenes de hoy han interiorizado un impulso por la eficiencia y la practicidad. Queremos alcanzar nuestro objetivo de la forma más rápida y sencilla posible. La mayoría de las aplicaciones móviles están diseñadas para adaptarse a ese mismo propósito al ofrecernos soluciones rápidas a casi cualquier problema que podamos enfrentar. Esta lógica también se aplica a las aplicaciones de mensajería. La comunicación debe ser rápida, precisa y terminar la “tarea” de comunicarse con los demás lo más rápido posible. No se pierde tiempo en apretones de manos lingüísticos (charlas triviales) en mensajes de texto.Sin embargo, como se indicó anteriormente, la conveniencia de enviar mensajes de texto tiene un precio. Si limitamos las señales sociales y aplicamos el pensamiento pragmático en situaciones en las que hay mucho en juego y es necesario negociar emociones complejas, por ejemplo, cuando rompemos con alguien o damos una noticia importante, corremos el riesgo de parecer poco auténticos y, por lo tanto, comprometemos la confianza y el respeto que recibimos. de otros.
Este artículo presenta enlaces de afiliados a Amazon.com, donde se paga una pequeña comisión a Psych Central si se compra un libro. ¡Gracias por su apoyo a Psych Central!